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Jorge Alacid

Línea de puntos

Lo grande es hermoso

Ceniceros se dirige a los escaños socialistas, durante el último pleno del Parlamento. Foto de Díaz Uriel

 

En la mesa del cronista se agolpan estos días los materiales propios de la caída de la hoja, ante quienes conviene proceder como los beneméritos barrenderos que cada mañana limpian y dan esplendor a los parques de Logroño. Sin prisa ni pausa. Anuncia que se presenta un desconocido militante de base a las primarias socialistas y a continuación sigue su ejemplo otro todavía más anónimo, diez minutos antes de que el primero reúna a una peculiar representación de la sociedad logroñesa para desvelar su discurso (sin papeles, ojo: citando a Ortega y Sócrates como si fueran dos camaradas de tertulia) y la candidata que lo fue hace cuatro años desista esta vez de concurrir. Demasiado en demasiado poco tiempo, porque además la semana parlamentaria venía de estrenarse con el día grande del antiguo convento de La Merced, ese venerable caserón donde la emoción ciudadana está vetada incluso en su fiesta de treinta cumpleaños.

Las almas cándidas que nos rodean pudieron pensar que tal vez se reservaban sus señorías para una ración de emociones fuertes con motivo de su sesión de cada jueves, pero al menos en la parte cuyo protagonismo correspondía al presidente del Gobierno semejante milagro también pasó de largo. «No hay oposición», se lamentaba (¿se lamentaba?) un miembro del grupo parlamentario que apoya (¿que apoya?) a José Ignacio Ceniceros, pero desde la bancada de enfrente le respondían con otra dosis análoga de fingida desolación: «No hay Gobierno». Era el mensaje que por ejemplo trasladaba desde el micrófono Concha Andreu mientras se preguntaba por el papel que juegan en el Consejo de Gobierno sus titulares de Sanidad y Agricultura, a quienes no regala con sus dones. Les observa por el contrario al pie del cadalso político, de donde les rescató ayer su jefe sobreactuando tanto como la jefa de la oposición. Teatro. Pero pequeño teatro.

Una lástima. Porque aquí el tamaño sí que importa. La vida riojana continúa sin estar para pequeñeces, desmintiendo por lo tanto el viejo principio según el cual lo pequeño es hermoso. Tal vez. Tal vez lo fuera en otra glaciación. Pero lo que de verdad es hermoso es jugar a lo grande. Ser ambiciosos. Una práctica proscrita en la política riojana, siempre absorta en el inventario de nimiedades. Ese páramo donde puede escucharse al presidente del Gobierno espantarse de las amistades nacionalistas de Pedro Sánchez olvidando aquellos días en que los suyos alardeaban de hablar catalán en la intimidad. O atender el relato de la excursión que por regiones y países vecinos trajo Andreu hasta el Legislativo con la coartada de propinar un par de pescozones a María Martín e Íñigo Nagore, quienes desde luego han vivido semanas mejores que las recientes. Estos tiempos tan caros al lenguaje electoral que todo lo contamina…. hasta cierto punto.

Porque al menos a los aspirantes a encabezar la lista logroñesa del PSOE se les reconoce un discurso aún oxigenado, renovador. Todavía las palabras no se pudren como se pudrirán el día que pasen de las musas al teatro. Al teatro del bueno, el que aspira a la grandeza. Mientras llega ese día, reconforta atender el mensaje de quienes no tienen nada que perder sino todo el porvenir por delante, una proeza que escapa de las rigideces propias del cálculo político, donde cada gesto, incluidos los más leves, tiene como destinatario la urna donde deberían caer los votos un día de éstos. Natural que sus señorías se sitúen «en modo electoral», como le reprochó ayer Ceniceros a Andreu, a quien observa demasiado obsesionada con las autonómicas del 2019. Le faltó decir al presidente: «No como nosotros, que llevamos en modo electoral desde que llegamos al Palacete». Una frase que no cruzó su pensamiento ni expresó desde el atril, donde sí dejó alguna perla: «Es el mundo al revés». Cierto. Porque las emociones y la grandeza, lo genuinamente hermoso, están ahí afuera. No dentro del edificio que sopla estos días sus primeras treinta velas preguntándose qué hizo para merecer esto.

Un repaso a la actividad política de La Rioja (y resto del Mundo)

Sobre el autor

Jorge Alacid López (Logroño, 1962) es periodista y autor de los blogs 'Logroño en sus bares' y 'Línea de puntos' en la web de Diario LA RIOJA, donde ocupa el cargo de coordinador de Ediciones. Doctor en Periodismo por la UPV.