Carta de despido
Quizá piense usted que los políticos, tan serios y trajeados, son gente llena de majestad, a quienes sólo debemos acatamiento y reverencia. Y no. Creo mi deber recordarles que son simples asalariados nuestros: meros curritos a los que les hemos dado un buen trabajo, les pagamos un sueldo generoso y, para colmo, les dejamos una […]