>

Blogs

piogarcia

Loco por incordiar

Era el euro, amigos

Me molesta el ruido ambiental que ha traído la crisis: parece como si todos hubiéramos esperado este momento para arrimar el ascua a nuestra sardina ideológica. Los de derechas claman contra el gasto público y pretenden colarnos de rondón su visión descarnada del capitalismo. Los de izquierdas sueltan muchos eslóganes ocurrentes y se limitan a echar pestes del Mercado, hidra de mil cabezas a la que, sin embargo, acudimos como corderillos para que nos preste algo de dinero.

Pero todos se quedan ahí, en la piel de una crisis profundísima que no admite visiones simples y cuyos primeros cimientos se pusieron el 1 de enero del 2002, cuando España entró (con fuegos artificiales, himnos a la alegría y aplausos generales) en el euro.

Creo recordar que entonces gobernaba el PP, aunque tampoco eso me parece importante. Nadie en el PSOE alzó su voz contra el euro. Y casi nadie en la sociedad española sintió aquello como una amenaza. Algunos economistas anglosajones ya nos advertían de los peligros que entrañaba una moneda única: meterse en el euro suponía una tremenda cesión de soberanía y un juego arriesgadísimo. Nos quedábamos sin apenas capacidad de maniobra. En épocas de bonanza -nos decían- quizá todo vaya bien, pero cuando caigan chuzos de punta… Veremos.

Lo estamos viendo. Quienes ahora proclaman, como si se acabaran de caer de un guindo, la derrota de la democracia frente a los mercados, tal vez debieran preguntarse: ¿estuve yo a favor o en contra del euro? Porque aquel día del 2002 decidimos jugar a este juego. Y me temo que ahora no podemos abandonarlo por las bravas, al menos sin infligirnos un daño brutal.

Temas