Amigo riojano, sonría y no reniegue: está usted mejor que la media. Tal vez haya escuchado que en esta pequeña comunidad autónoma, antaño muy próspera, hay 30.900 parados, lo que supone el 20,33%* y lo que nos separa gravemente de las regiones de nuestro entorno, con las que quizá deberíamos compararnos: País Vasco (15,48), Navarra (14,95), Cantabria (15,71) e incluso Aragón (18,75).
Al escuchar estos datos apocalípticos y compararlos con los de años anteriores, cuando rozábamos el pleno empleo, quizá sienta usted la tentación de cabrearse. Pues no debería: estamos, dice nuestro Gobierno regional, tres puntos mejor que la media. Ufff, por poquito. ¡Menos mal que existen Canarias y Andalucía!
Sin embargo, a mí sí me gustaría saber por qué el paro ha aumentado mucho más en La Rioja que en las regiones de su entorno. No me parece lógico que Castilla y León (19,14) y Galicia (20,13), por ejemplo, tengan ahora menos desempleo que nosotros, cuando siempre había sucedido al revés. ¿Acaso aquí había más pufos ladrilleros? ¿Tal vez nuestro tejido industrial era demasiado endeble y se nos ha venido abajo con el primer soplido de la crisis? ¿En qué lo hemos hecho peor? Estaría bien que mi Gobierno aclarase estas dudas y explicase alguna razón plausible, pero de momento solo le he oído repetir esa odiosa letanía, triste como una derrota: estamos mejor que la media.
Por si acaso este argumento se le tuerce en los próximos meses, le ofrezco uno mucho más perdurable: en el antiguo Alto Volta (hoy Burkina Faso) el paro llega al 77%. ¡Definitivamente estamos mejor que ellos! ¡Mucho mejor! ¡Dónde va a parar!
(*) Todos los datos (salvo el de Burkina Faso, que pilla más lejos) están extraídos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre de 2012.