Al sol
Me gusta el verano, incluso cuando el termómetro enloquece y el mercurio ronda los cuarenta grados. Quizá por eso abomino de los aires acondicionados y de ese frío extemporáneo y artificial, casi metálico, que se clava en la garganta y somete a los riñones a un agudo proceso de criogenización, como si fueran a […]