Carbón
Comprendo que los griegos estén hartos. Y comprendo que sientan la tentación (y hasta la necesidad) de votar a Syriza, aunque en sus propuestas haya ese ingenuo toque de rebeldía adolescente que tiende a convertir el mundo en un simplón cuento de caballeros contra dragones. Los economistas más serios (incluso los más conspicuos enemigos del […]