Cuba
Raúl Castro miraba al suelo con sus ojillos de conejo y su flequillo duro, revolucionario, agreste. Obama también miraba al suelo, aunque había una cierta gallardía en su porte de jugador de baloncesto, con su pelo ensortijado, ya casi blanco. Se encontraron en el vestíbulo de un hotelazo en Panamá y se dieron un apretón […]