>

Blogs

piogarcia

Loco por incordiar

Política de futbolín

Soraya baila obsesivamente una canción de Bruno Mars mientras se ajusta el salto de cama y mira de reojo a Cuca, nuestra Cuca, que posa para la revista Elle con la sonrisilla traviesa de una chica que quizá alguna vez soñó con ser modelo y ahí la tienes ahora, báilala. ¡Cómo hemos cambiado nosotras, las señoronas del PP, que tanto nos descojonábamos de las payasas aquellas de Zapatero que un día salieron en el Vogue!

Las nuevas damas del Partido Popular se van quitando la ropa en un lúbrico viaje del abrigo de pieles al nudismo, mientras Albert Rivera corre a toda prisa el camino opuesto: él, que ya salió en pelotas, primero se puso la camisa blanca, luego se colocó una chaqueta, ahora no se quita la corbata y a este paso acabará la campaña con frac, chistera y zapatitos de charol.

Cuando acaba de bailar, Soraya se tira en paracaídas con Calleja o come alacranes con Frank de la Selva o va a los debates, porque sabe que su trabajo es doblar a su jefe en las escenas peligrosas. Mariano, que padece una aguda forma de agorafobia o de plasmafilia, según se mire, prefiere comentar la Champions por la radio o, como mucho, jugar al futbolín en casa de Bertín Osborne; ese amoroso hogar, tan normal, tan de clase media, tan de protección oficial, en el que un tipo cualquiera, pongamos un tal Pedro Sánchez, se derrumba en el sofá, se mete un cojín entre los huevos y echa unas risas con Bertín hablando de mujeres y viejas parrandas.

Por ese sofá no pasará, ay, Pablo Iglesias, que no es del ambiente y solo usa camisas del Alcampo o del Carrefour, no vayan sus grupis a pensar que además de tibio se ha vuelto capitalista, aunque para no asustar a las señoras aparece en El Hormiguero tocando la guitarra como un catequista canso pero inofensivo.

Tal vez, mis queridos niños, la nueva política sea esto: gente haciendo el chorra en televisión.

Temas