A mi gobierno (nacional), que se pasó año y medio negando que hubiera problemas económicos, que se gastó el superávit en una propinilla electoral de 400 euros y que ahora lleva ya 120.347 planes anticrisis presentados mientras por lo bajini reza para que escampe; a mi gobierno (regional) que cree que mejorar la sanidad riojana consiste en poner televisiones de plasma en el San Pedro, mandar las operaciones gordas a clínicas privadas y gastarse, eso sí, todo lo que haga falta en propaganda; a los jueces, tan seriecitos, pomposos e independientes, que consideran más punible que a uno de los suyos le cante el alerón que dejar libre a un pederasta condenado; al ente misterioso, casi metafísico y desde luego sádico que permite que el Logroñés prosiga su larga agonía sin sentido y no descanse en paz; a los jovenzuelos que van de irreverentes por la vida y se cagan en la Constitución, único instrumento que nos ha permitido 30 años de paz y prosperidad, algo inédito en los últimos tres milenios de Historia de España; a los nacionalistas (moderados), que viven como dios y sin embargo no hacen más que quejarse y llorar como si fueran los angustiosos embajadores de unos pueblos perseguidos, sojuzgados y muertosdehambre; a los nacionalistas (radicales), que creen que es lícito y moral cargarse a un tío en nombre de una bandera que se inventó un lunático hace apenas un siglo; a nosotros, los periodistas, que nos presentamos como heroicos paladines de la libertad de expresión, pero que hincamos demasiado las rodillas ante el poderoso; a usted, en fin, que ha leído hasta aquí respirando sólo lo justo para no morirse.
A todos, digo, Feliz Año 2009.