Estimado jefe Mondongo: no me gustan esas insinuaciones que me haces en tu carta, como si solo hubiera venido aquí a ponerme ciego de vinos y de pinchos. Veo que habéis cogido la guía campsa, habéis buscado la palabra Rioja y os pensáis que aquí todo es trasegar y comer champiñones. Pues no. Me apremias a que te mande algún informe antropológico de estas gentes civilizadas y aquí lo tienes. Yo puedo ser lento, pero cuando me pongo, me pongo. Te envío la transcripción de la entrevista que mantuve ayer con un tipo de aquí. ¡Y no es un cualquiera! Se trata de un fulano que se presenta para alcalde del municipio de Valdearriba de la Sierra. No me acuerdo de qué partido era.

–Hola.
–Hola.
–¿Es usted candidato a la Alcaldía de Valdearriba de la Sierra?
–Sí señor.
–¿Y cómo es ese pueblo? ¿Se vive bien?
–No lo sé.
–¿No lo sabe?
–Creo que he estado una vez, de picnic con los críos. Yo vivo en Logroño.
–¿Y por qué se presenta usted para alcalde de Valdearriba?
–Por que me lo ha pedido el partido.
–¿Y piensa que va ganar?
–No.
–¿Y por qué se presenta entonces?
–¿No me ha oído bien? Porque me lo pide el partido. Es un orgullo tener representación en los 174 municipios de La Rioja. Todo un hito, oiga. Otros, jeje, no pueden decir lo mismo.
–Pues a mí, qué quiere que le diga, todo eso me parece una gilipollez.
–Eso es porque usted está culturalmente subdesarrollado. Se ve que viene del Tercer Mundo y que no entiende nuestras convicciones democráticas y nuestra profunda e inquebrantable voluntad de servicio a los ciudadanos.

Ya ves, jefe Mondongo, qué tipos más raros. A este, en el poblado, ya lo hubiéramos metido en la olla.