Soria en sus bares | Logroño en sus bares - Blogs larioja.com >

Blogs

Jorge Alacid

Logroño en sus bares

Soria en sus bares

Puerta del bar Lázaro en Soria. Imagen de Tripadvisor

Nos vamos de excursión. Para esta visita fuera de Logroño a bordo de este blog, luego de aquellos viajes por Cenicero y Madrid, he elegido una población vecina que llevo muy dentro del corazón. Hablo de Soria. Así que andando, camino Soria, como dijo el cantante: porque superado Piqueras, su doble serie de seis curvas que murió a manos del túnel que hoy hace frontera, uno llega a la ciudad de los poetas y tiene donde elegir. Porque el soriano disfruta como cualquier logroñés de barra en barra, mantiene el rito del vermú con una fidelidad que ya quisiéramos por aquí y aprecia sobre todo la vertiente dominical de tal costumbre, ocupando los bares del centro en modo avalancha y sometiéndose también de paso a las ricas tapas que salen a su encuentro.

La tipología de los bares sorianos es variada según tengo observado, aunque predomina un tipo de local que podríamos denominar madrileño. Es decir, un bar de esos de toda la vida, por donde aún no han pasado los aires de modernidad que tanto daño han hecho a la España hostelera. El fanático de la terraza dispone de hermosos veladores la espléndida Dehesa y si toma el coche con destino al cercano Valonsadero, monumental parque medio urbano a las afueras de la ciudad, disfrutará del encanto de tomarse un trago al aire libre con mucho, pero que mucho, mucho aire. Y muy libre. Pero sostengo que la auténtica sustancia de los bares sorianos reside alrededor de la calle de El Collado, depositada por ejemplo en los garitos de la plaza de Herradores, donde tengo dispuestas todas mis complacencias en un bar de ambiente taurino y estupendos boquerones en vinagre: el bar Félix, algo desfigurado tras su última reforma. En este y otros bares se cumple una tradición también muy madrileña: tiran la caña a la perfección. Lo cual podrá comprobarse si seguimos ruta por El Collado e ingresamos en cualquiera de los bares del Tubo y del Tubo pequeño, que tanto recuerdan a nuestra calle Laurel.

Pero antes de penetrar (con perdón) en la esencia de los bares sorianos, hágame el improbable lector este favor: aléjese unos metros más allá de la plaza y por la calle Puertas de Pro alcance el bar El Silencio, local de nombre estremecedor donde hallará reparación para la caminata en forma de contundente tapa de atún en escabeche. Un taco delicioso, que sirve para reanimar el estómago y reanudar la marcha, ahora sí, en dirección los bares que festonean El Collado y vías adyacentes. Un desfiladero donde se honra a Baco y donde se degustan las especialidades de la cocina de la tierra, que para mí siempre tendrán la forma y el gusto del torrezno, encantadora golosina que habita en casi cada barra pero que disponen de manera fetén en dos de ellas según me parece: el Mesón Castellano y el bar Santo Domingo.

Dejo para el final mi favorito, la bodega Lázaro. Una taberna alojada en el arranque de El Collado, con su cortinilla de pedrería a la entrada que tanto me recuerda a la casa de mi abuela y su barra inmóvil, una foto fija en el tiempo de cuando este tipo de locales menudeaban. Hoy ejerce de último mohícano, despachando los mismos vinos dulces de siempre en los vasos de toda la vida, sembradas sus paredes de recortes de periódicos anteriores al off set y alfombrado el suelo de cáscaras de cacahuetes, bocado que sirven por doquier en sus impagables bandejitas blancas. El Lázaro, inmemorial almacén de vinos, es uno de esos bares que uno desplegaría en un imaginario paraíso habitado sólo por los garitos de confianza donde se consigue la hazaña de estar mejor que en casa: no son tantos y éste es uno de ellos. Un bar que hace bueno su nombre: su clientela resucita a una vida mejor cuando traspasa su puerta.

P.D. El improbable lector que llegue hasta el final de estas líneas y decida algún día darse un paseo por El Collado hará bien en detenerse mediada la calle y admirarse del bello inmueble donde se aloja una institución de esmerado pedigrí: el Casino de Soria. Si ingresa en su interior, seguramente se asombrará con la delicada decoración que le transporta un siglo atrás, cuando la ciudad se convirtió en destino de poetas, de Bécquer a Machado pasando por Gerardo Diego por citar sólo a los más célebres. A ellos está dedicada un rincón en los pisos superiores; a ras de suelo, y por eso aparece en este blog sobre bares, el Casino dispone de una elegante barra, bien surtida de pinchos, donde también se tira la caña con gran clase, que el cliente apura mientras ve pasar la vida tras los ventanales que dan a la calle. Un pasatiempo muy aconsejable.

Temas

Un recorrido por las barras de la capital de La Rioja

Sobre el autor

Jorge Alacid López (Logroño, 1962) es periodista y autor de los blogs 'Logroño en sus bares' y 'Línea de puntos' en la web de Diario LA RIOJA, donde ocupa el cargo de coordinador de Ediciones. Doctor en Periodismo por la UPV.


febrero 2014
MTWTFSS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
2425262728