“Con diez cañones por banda
Viento en popa a toda vela
No corta el mar si no vuela
Un velero bergantín
Bajel pirata que llaman
Por su bravura el temido
En todo el mar conocido
Del uno al otro confín.
(…)
Navega velero mio
Sin temor que ni enemigo navío
Ni tormenta ni bonanza
Tu rumbo a torcer alcanza. (…)”
Canción del pirata. José Espronceda
Son las 12:20 de la noche. Ya quedan pocos minutos para disfrutar de uno de los momentos más bonitos de las fiestas. Nuestras amigas, las cigüeñas, se despiden con su picoteo característico. Nosotros nos vamos acercando a esa escalera infinita (según la edad de quién la mire) que se convierte, como cada año, en ese palco de privilegiadas vistas. Es la hora. Empieza. Qué emoción seguida de un espectáculo parpadeante de belleza. Alejo, con los ojos bien abiertos, ojos puros, no pierde detalle. Como si fuera su primera vez. Fuegos artificiales. Y le observo, él no me ve. Ahora entiendo por qué me tienes totalmente enamorada. Por eso mismo, porque tú y sólo tú eres capaz de ver hasta en lo más simple, lo más mágico.
Hoy no quiero hablaros de Alejo, aunque os resulte curioso…
La entrada de hoy es un hasta luego, queridos amigos. Sí, ha llegado el momento, supongo que tenía que llegar… NUESTRA batalla debe de seguir, pero ahora en silencio, paso a paso, constante y sin descanso. El detonante… no conseguiremos ganar este pulso hasta que todo lo que el colectivo con Síndrome de Down alcance no deje de ser noticia. Esto es así. Nosotros luchamos porque Alejo sea uno más y ahora empieza lo verdaderamente importante y a veces inquietante de ese mundo llamado inclusión.
Reconozco que nada de lo que os pudiera contar a partir de ahora debería de ser muy diferente a lo que otras familias viven y/o sufren cada día con sus hijos. Es obvio y no podemos engañarnos, que siempre estarán presentes los matices, por supuesto. En nuestro caso, por ejemplo, vivimos con especial atención ese avance lento, pausado y a veces desesperante a la par que preocupante en el lenguaje y el habla de Alejo. Aunque también os digo, cual dosis de optimismo en estado puro, que tengo claro que lo conseguiremos, a pesar de las vicisitudes del camino.
Aprovecho para decir antes de irnos que jamás hemos buscamos afán de protagonismo, ni hemos querido que nuestro pequeño luchador apareciese en ningún tipo de anuncio o publicidad con un fin que no fuera altruista y/o inclusivo. Su exposición pública, hemos de confesar, nos ha creado siempre algo de pudor y miedo.
Hasta aquí este capítulo de nuestras vidas… Pasamos a otro nivel.
También confieso que no quiero volver a mirar a los ojos de mi hija Candela y que me vuelva a preguntar “Pero mamá, ¿Por qué los ojos de Alejo? y ¿Por qué tienes un blog que solo habla del tato?” Razón no le falta. Hija mía, cuando leas estas palabras quiero que te quede claro que tú eres y serás uno de los principales motivos no solo de ésto, sino de mi vida entera.
A todos los que me habéis leído entrada tras entrada durante estos meses, a esos que siempre me habéis hecho llegar vuestros comentarios (directamente o a través de mi familia), vuestro cariño, vuestro apoyo. A esos que compartíais cada una de mis publicaciones, que os leíais el blog, fuera o no aburrido, que hacías que en el periódico LaRioja.com “Los ojos de Alejo” fuera una de las noticias más leídas durante un ratito de ese día… deciros que habéis sido el motor de este proyecto. Me quito el sombrero por veros ahí pendientes cada vez que escribía y por ser como sois, por vuestras palabras y vuestros consejos. Con muchos como vosotros este mundo sería increíble. Que sepáis que habéis hecho que esto merezca la pena. Os guardo en lo más profundo de mi corazón. Os guardamos en los más profundo de nuestro corazón.
“No sé por qué, pero hoy me ha dado por extrañarte, por echar de menos tu presencia. Alguien me dijo que el olvido está lleno de memoria” Mario Benedetti
Asumo que he cometido errores y que quizás en alguna ocasión algo de lo que he escrito no os ha gustado. Solo pediros disculpas. He intentado hablar desde las emociones más profundas, me he desnudado ante vosotros cada vez que os contaba acerca de mis miedos, de mis retos, de mis alegrías o de mis ilusiones y proyectos pero siempre, siempre… a través de esos ojos, los ojos de Alejo (Nunca he dejado de pensar en lo que sentiría Alejo leyendo todas estas historias).
Y es que cada entrada de este blog lleva un ingrediente que es el que me define, la PASIÓN, en muchas ocasiones mezclada con mucha emoción y ese llenárseme los ojos de lágrimas porque lo que escribo lo siento y lo sentiré cada vez que vuelva a leer uno a uno todos estos relatos que espero poder compartir con mis hijos tantas veces como ellos lo necesiten.
Como aquella metáfora que ya dije en su momento, nosotros seguimos el viaje, amigos. El destino: La felicidad.
Aquello que nació junto contigo Inés ¿te acuerdas?, tu genial idea de llamarle a este blog “Los ojos de Alejo” ya es parte de nuestra historia, nos define y continua con nosotros este trayecto. GRACIAS a ti, amiga y al huequito que el periódico larioja.com nos ha hecho siempre en sus portadas en internet. Infinitamente agradecidos porque considerasteis que hablar de la discapacidad y de la inclusión era interesante y necesario. Os pedimos un favor, no dejéis de hacerlo siempre que tengáis ocasión. Nosotros os seguiremos y os apoyaremos fielmente.
Y por último tu, el gran protagonista de esta historia, Alejo. Sin ti, esto no habría ocurrido y que te quede clara una cosa, tu has llegado a esta familia para ponernos todo nuestro mundo patas arriba, para demostrarnos que la vida es esto y para darnos una lección increíble de lo que es el tesón sin barreras. No olvides, ahora que puedas estar leyendo esta despedida, que estamos muy orgullosos de ti, que te acompañaremos en el camino y que te esperaremos siempre donde lo necesites. Cuando mires atrás, nos verás, pero es que cuando mires hacia adelante nos volverás a encontrar. Y siempre animándote, jaleándote, porque todo lo que haces lo haces con AMOR que es algo que a algunos de los que te encuentres por el camino puede que les falte, pero no les dediques tiempo, tira, cariño, tira con fuerza y con la cabeza bien alta. Tu familia te protegemos. Te queremos más de lo que se pueda querer. A ti y a tu hermana, infinito. SIEMPRE JUNTOS.
“Entre mi amor y yo han de levantarse trescientas noches como trescientas paredes y el mar será una magia entre nosotros.
No habrá sino recuerdos. Oh tardes merecidas por la pena, noches esperanzadas de mirarte, campos de mi camino, firmamento que estoy viendo y perdiendo… Definitiva como un mármol entristecerá tu ausencia otras tardes.”
Despedida de Jorge Luis Borges
A Candela y Alejo