Hubo un tiempo en el que pertenecer a la gran familia del Heavy Metal estaba mal visto. Éramos proscritos, marginados, repudiados, …chusma. Afortunadamente los tiempos han cambiado y en pleno siglo XXI este estilo de música
Aquella primera época protagonizada por la rebeldía de bandas como OBUS, pioneras de nuestro rollo, tuvo muchísima influencia sobre mi aprendizaje musical. En concreto y refiriéndome a OBUS, había una canción que me volvía loco de atar; “El que más”. Se convirtió en la banda sonora de aquellas primeras escapadas por la noche logroñesa. Era todo un trallazo que daba título al tercer L.P. de la banda, el primero de una serie de plásticos que grabarían en los desaparecidos y añorados estudios Mediterráneo, en Ibiza.
Hoy de camino al trabajo, los OBUS volvían a escupir aquellos himnos a través del estéreo del coche. ¡Qué grandes!. Tuve la gran suerte de compartir con ellos una larga e intensa jornada de sábado en el 2002, precisamente aquí, en Logroño. Eran ellos, en carne y hueso; Paco, Fortu, Fernando y el tío Luis. Aquel maravilloso encuentro tuvo lugar durante una época en la que colaboraba en