Hoy toca asomar al blog el álbum ‘Crusader’ de Saxon, seleccionado entre mi pequeña colección de vinilos. Lo compré a principios de los noventa en tienda de discos de segunda mano llamada Videorama en la calle Mayor de Pamplona, atraído principalmente por su épica portada.
Publicado el 16 de abril de 1984, el famoso cruzado vió la luz junto a un buen puñado de lanzamientos convertidos hoy en auténticos clásicos del género: DIO ‘The Last In Line’, Iron Maiden ‘Powerslave’, Deep Purple ‘Perfect Strangers’, Accept ‘Balls To The Wall’, Judas Priest ‘Defenders Of The Faith’,… una asombrosa y letal competencia.
¡Qué mas contar sobre Saxon que no se haya dicho ya!. Lo que todos sabemos o sospechamos. Quizás fuera la mala suerte o las malas decisiones tomadas por ellos mismos o su discográfica lo que impidió que el combo británico se consolidase como uno más entre los grandes, los consagrados, los reyes de un estilo que ellos mismos lideraron en la primera mitad de los dorados ochenta. Saxon, los eternos segundones.
A pesar de todo Saxon han logrado sostener una carrera musical muy digna, cosechando miles de seguidores a través de cada generación. Aún así, me duele no haberlos visto llegar al top, como la doncella por ejemplo.
Técnicamente ‘Crusader’ es un disco que roza la perfección, el sonido de la batería es asombroso, tan cristalino. El bajo se escucha perfectamente, se distingue cada nota al igual que ocurre con las guitarras y la voz de Biff Byford por encima de todo. La mezcla es de un gusto exquisito, un trabajo que suena crudo, directo, limpio, afilado y poderoso. Suena real.
Estamos ante un disco caído en el olvido a excepción del épico y magistral tema que le da título. Un álbum no lo suficientemente valorado en su época por parte de prensa y público. A partir de aquí Saxon cambiarían progresivamente su sonido adaptándose a los nuevos tiempos. ¿Acierto o error?.
El resto del álbum, aún careciendo de la épica inicial, se mantiene firme gracias a un catálogo de canciones muy roqueras y pegadizas como por ejemplo la directísima ‘A Little Bit Of What You Fancy’, la melódica ‘Sailing To America’, ‘Set Me Free’ (versión de Sweet), ‘Just Let Me Rock’, etc… donde Saxon demuestran un inmejorable estado de forma. Da gusto escucharlos tocar.
Poniéndonos en contexto en cuanto a los ochenta se refiere, ‘Crusader’ posiblemente fue su último gran disco. Recientemente reseñaba por estos lares su último álbum ‘Hell, Fire and Damnation’ (2024) señalando que, en mi humilde opinión, han perdido definitivamente toda su personalidad sonora.
Sin embargo Saxon siguen siendo una gran banda, muy respetados. Quizás porque, a pesar de todo, siempre se han mantenido en los carteles contra viento y marea. Unas épocas más bajos y otras más altos, pero siempre asomando su música en festivales y salas. No se les puede pedir más a estas alturas, al contrario, eternamente agradecidos por su longevidad reuniendo a cada generación y los grandes álbumes que han dejado para la historia.
Un disco de obligada escucha.