
El pasado viernes LUJURIA visitaban la sala Brutal Zone de Haro, acompañados por nuestros paisanos ZENOBIA. Una excelente oportunidad de ver en concierto a los de Segovia por primera vez en
Alma de fuego.
Haciendo honor al título de su segundo y excepcional trabajo, los riojanos ZENOBIA se presentaron con garra e ilusión ante un cálido público que ocupó la mitad del aforo. Se mostraron muy seguros, se creen lo que hacen y llegan a conectar con la gente. Hoy por hoy son un grupazo, su segundo disco así lo demuestra. Lástima de sonido, algo sucio en determinados momentos de su actuación.

Me gustó mucho la adaptación que han hecho de la preciosa balada “Ante tus ojos”, de su primer disco, además de los nuevos cortes como “Lo llevo en la sangre”, “Alma de fuego” o “Sin mirar atrás” que son todo un pelotazo. Les ví más maduros y centrados que antaño, cosa que me emocionó sobre manera. Así, poquito a poco, lo conseguirán, estoy seguro. Gustaron mucho, y no fueron pocas las camisetas de ZENOBIA que se pasearon por el garito. Me dejaron con ganas. ¡Grandes, muy grandes!

Que viene el lobo.
Los incombustibles LUJURIA , con el bueno de Oscar al frente – un buen amigo y mejor persona – , se subieron al escenario de

Desde el primer minuto aquello se convirtió en una auténtica fiesta de Heavy Metal. Los músicos, más emocionados que de costumbre, fueron ejecutando un sentido repertorio en donde no faltaron cuatro increíbles e inesperadas versiones de MURO “Traidor”, SHALOM “Que es mejor”, UFO “Doctor, doctor” y OZZY OSBOURNE “Shot in the dark” que nos traspasaron el alma. Lo dicho, una fiesta. Tampoco se olvidaron de clásicos como “Sin parar de pecar”, dedicada a Iñaki de Zenobia, “Joda a quién joda” y “Corazón de Heavy Metal”, junto con “Licantrofilia” y “Cae la mascara” de su último plástico, entre muchas otras. Una actuación que rebasó la hora y media, capitaneada por un grande del Heavy Metal patrio, el SEÑOR Oscar Sancho.

La intensidad y complicidad que los segovianos llegaron a alcanzar durante el show me provocaron el emocionado sentimiento de pertenecer a algo grande, auténtico, sincero, bueno, …a un movimiento que es algo más que un estilo de música lleno de cuero y tachuelas. El Heavy Metal es actitud.

Orgulloso.
Así me sentí tras un concierto histórico, donde os reconozco que solté alguna lágrima – lo sé, soy un sentimental – , acompañado de unos buenos amigos, como son Pepe, Peque y Ernesto – cuyas fotos ilustran estas líneas – . Por cierto, la gente de
¡Larga vida al Heavy Metal!