Ocurrió durante un verano de 1994. Nos encontramos en una tienda de discos de segunda mano en Pamplona y fue un flechazo. Se trataba de la edición original en vinilo del L.P. “Crusader” de los británicos SAXON editado en 1984, una verdadera obra maestra de Heavy Metal. Había llegado hasta mí de una manera fortuíta y no lo iba a dejar escapar. La cubierta exterior presentaba varias cicatrices y el plástico estaba parcialmente doblado. No importaba, lo pondría a punto.

A lo largo de la existencia de uno, hay discos que te marcan especialmente de un modo u otro por algún extraño motivo que no alcanzamos a comprender. En este caso fue el “Crusader” de SAXON el que me obsesiona desde entonces.

Esta mañana mientras conducía hacia el trabajo venía escuchando un recopilatorio del mismo grupo – hacía varios meses que no les prestaba atención – , cuando de repente al saltar la pista número cinco del estéreo los primeros acordes del viejo himno “Crusader” han salido disparados desde el salpicadero despertando mi instinto macarra y despejándome por completo. Es una canción para escuchar puño en alto y agitando la melena. El típico tema que hace grande a un grupo aunque el mercado no lo reconozca, y es que ya lo decía el bueno de Frank Zappa : ” “La cantidad de discos vendidos -la cantidad de entradas vendidas- no es indicativo de si la música es buena o no”.

Eclipsados siempre por sus compatriotas y contemporáneos IRON MAIDEN y JUDAS PRIEST, la banda del señor Biff Byford se ha mantenido en el candelero de metal a lo largo de sus 32 años de existencia, ahí es nada. Hoy viernes noche tengo concierto, me he levantado un poco chungo y esta gente me ha devuelto la vida.

Heavy Metal Thundeeeeeeeeeeeeeeeer!