En 1968 Barry Gifford, redactor de la revista Rolling Stone, utiliza por primera vez el término Heavy Metal para definir un tipo de música que por aquel entonces acaba de nacer. Los precursores del atronador estilo agitan los cimientos de una sorprendida sociedad bajo extraños nombres como Led Zeppelín, Deep Purple ( anteriormente llamados Roundabout ) y Black Sabbath. No creo que dicho escritor se diese cuenta de la magnitud, importancia y repercusión que alcanzarían aquellas dos palabras en generaciones venideras. Han pasado más de cuarenta años desde aquello y el Heavy Metal sigue vivo y coleando gracias a miles y miles de personas , repartidas por todo el planeta, que crecieron abrazadas a un estilo, ya no sólo de música, sino también de vida. Muchas gracias señor Gifford, gracias por darle nombre a nuestros sueños.
