Te hiciste toda una mujer y ya no eres la niña de ayer. Gritándole a tu padre que te deje en paz. Dejaste tu muñeca al fin, empiezas a pintarte con carmín. Los libros ya olvidaste en algún cajón. Unos zapatos de tacón y ese vestido rojo de ocasión. Cambiaste tu pelo y tu forma de pensar. Y sales a la calle así, deseando que te vean bien. Y tu boquita el mundo se quiere comer. Siempre me estas provocando, intentándome atrapar. En tus redes no voy a caer. En tus juegos de palabras, que me quieren confundir intentando que me ponga a cien. Si tú lo quieres, cógeme. Pues yo no soy de piedra ya ves, pero no juegues con el fuego sin saber, que estas muy buena ya lo sé. Pero tu juego no me va. Te queda tiempo aún para poder amar.