Ayer tarde, mientras paseaba con mi familia por la capital riojana disfrutando del sol primaveral y la inmejorable compañía, me llevé una grata sorpresa. Y es que varios carteles anunciadores de la segunda fiesta que este blog de ustedes celebró a principios de febrero, siguen aferrados al duro ladrillo que los sostiene para el deleite de los más fieles y el mío propio. A esto le llamo yo amortizar bien una promo. Adjunto foto de los ejemplares en cuestión, bravos supervivientes de la causa metalera, situados en pleno corazón de Duques de Nájera, enfrente del periódico.