Los que me conocen bien saben de mi afición por Gran Hermano. Desde su primera emisión – celebrada en abril del 2000 – no me he perdido ninguna edición del polémico concurso, con todo lo que eso conlleva. Este año ‘la casa’ acoge a un inquilino muy particular, además de nuestra paisana María Pilar Ochoa. Se trata de Juan Antonio Molina, sacerdote de profesión y jebi confeso; por si esto fuera poco, además es motero.
Desde que dió comienzo la presente edición 12+1 no he podido evitar acordarme de otro concursante, miembro también de nuestra selecta tribu urbana –si es que alguna vez fuimos una tribu -, al igual que ‘el pater’. Me refiero a Daniel Rubio, participante de GH8. Daniel tocaba la batería en un grupo de heavy metal cuando se presentó al reallity – desconozco si lo sigue haciendo – además de colaborar por aquel entonces en la web rafabasa.com, en el fanzine La Era del Metal y en Radio Cornellá con su programa musical.
Si tenemos en cuenta que durante las trece ediciones han pasado por el programa 205 personas –si no me falla wikipedia – el porcentaje correspondiente al Metal sale muy mal parado. En cualquier caso, me apetecía analizar públicamente este curioso dato antes de comenzar la jornada de hoy lunes, mientras nuestro querido Fortu – cantante de Obús y padre de la actual concursante Ariadna – le regala un tanga a Ana Rosa en riguroso directo mientras ésta se declara ferviente admiradora del grupo y confiesa que pinchaba a Obús en sus años mozos, cuando operaba de ‘dj’ en una radiofórmula . ¡Alucinante oiga!.
Gran Hermano, me mola.
Fotos: Telecinco.es