Nuestros paisanos Infamia ya tienen en el mercado su tercer larga duración, una joya titulada ‘Neophobia’. Un interesante trabajo que descubre a los de Alfaro como una firme promesa de la escena estatal y donde sientan las bases de una carrera musical, si me lo permiten, que realmente comienza a tomar verdadera forma y consistencia a partir de este momento. Y es que ‘Neophobia’ suena diferente y atrevido.
El álbum se grabó el pasado año en los estudios ‘Rock Lab’ de Haro bajo la batuta del productor musical Dan Díez y contiene diez maravillosas canciones abrigadas por una reveladora portada ( diez fotos correspondientes a cada uno de los temas del disco ). Parece que Infamia se dieron cuenta de que, por fin, también se pueden grabar discos de cojonuda calidad aquí en casa y visto lo visto ( o mejor dicho, oído ), este trabajo supera de lejos sus anteriores obras. Infamia nos han demostrado que de los errores, también se aprende. ¡Chapeau por ellos!.
Un disco super trabajado, con un montón de buenos arreglos y orquestaciones que te invitan a soñar, a reir, a llorar… y que cuenta con una lírica madura y comprometida. Un Metal muy cercano al que se cultiva en el norte de Europa y con semilla ‘soberbiana’ ( no en vano Carlos Escobedo, de Sôber, colabora con ellos en el corte ‘Mil lágrimas’, dedicado al tristemente fallecido Xabi Peña, amigo personal de la banda ). Pero sería injusto darle demasiado protagonismo a esta colaboración, ya que Infamia se valen por sí mismos para levantarte del sofá con canciones como por ejemplo ‘Fiel a mis sentimientos’, ‘Por siempre’, ‘Nuestro final’ y ‘Gracias a Dios’ – mi favorita -.
Y tengo poco más que añadir, excepto recomendaros fervientemente ‘Neophobia’. Lo mejor en estos casos es escuchar el disco y sacar conclusiones por uno mismo, sin que te lo cuenten los gurús de siempre. Está claro que Infamia no van a parar y es más, debieran defender este trabajo al máximo echando el resto en cada actuación, porque la materia prima, lo que hace falta para ser una banda de verdad, ya lo tienen.
Que la divina providencia juegue sus cartas, a ver qué pasa…