La doncella de hierro es la banda de mi vida, es cierto. Ahora bien, me refiero a ese grupo que editó los soberbios ‘Iron Maiden’,’ Killers’, ‘Made in Japan’, ‘The number of the Beast’, ‘Piece of Mind’, ‘Powerslave’, ‘Live after Death’, ‘Somewhere in Time’ y ‘Seventh son of a Seventh son’ en la década de los ochenta. Lo que vino después no volvió a ser lo mismo, en mi humilde opinión, tanto en la producción como en la composición musical.
La salida de Adrian Smith y Bruce Dickinson precipitó un sonoro cambio de aires en el combo británico, supuso el principio del fin. Y es que no somos pocos los aficionados que, después de todo aquello y en plenos años noventa, fuimos viendo como nuestro interés por Iron Maiden se desinflaba en aquella época con cada disco que iban editando. Nunca más su sonido volvió a ser el mismo. Janick aportaba frescura y dinamismo, sí. Pero también ensució las canciones con su particular técnica en el mástil. Huelga decir que la aportación de Blaze Bayley a la banda fue totalmente nula – ‘Virtual XI’ fue todo un despropósito, a la postre es el peor album de toda su carrera -. Steve Harris se equivocó en su elección, es lo que pienso.
El retorno del dúo pródigo en puertas del año 2000 no pudo rescatar el viejo aroma de sus comienzos, aunque sí aportó un plus a su espectáculo, no lo puedo negar; ahí están las ventas de tickets, no mienten. Un día de estos me gustaría celebrar un coloquio/debate sobre la doncella, ¡hay tanto de qué hablar!. Y es que soy de los que opinan que Maiden como tal se acabaron en 1990, con la salida al mercado de ‘No prayer for the dying’. A partir de ahí solo algunas canciones sueltas merecen verdaderamente la pena. ¿Se le fue la pinza al bueno de Harris?… es toda una incógnita; pero bueno, tampoco se le puede quitar el mérito de haber sabido mantener al grupo, durante todo este tiempo, en lo más alto del heavy metal mundial con plásticos que para nada superaban lo anterior.
Y vosotros ¿qué opinais?…