GREAT WHITE son una banda que me remueve muchas cosas por dentro. Me los presentó el bueno de Oscar, un compi de clase en segundo de bachiller -allá por el cretácico superior, en 1988). Su explosiva mezcla de Blues y Hard Rock aderezada por la genialidad vocal de Jack Russell (fuertemente influenciado por Robert Plant de LED ZEPPELIN) me enganchó de inmediato y aquí sigo atrapado, más de veinticinco años después gracias a ‘Twice Shy’, su cuarto álbum, editado aquel mismo año.
El gran blanco siempre me pareció una bandaza, aunque seguramente serán más recordados por aquel trágico incendio en el Club Station de Rhode Island (ocurrido en 2003) que por su música. Aquella noche nuestros protagonistas utilizaron pirotécnia durante el show (era el arranque de su nueva gira) con tan mala fortuna que una chispa entró en contacto con la espuma que estaba colocada en el techo que servía de aislamiento acústico del local (la sala no cumplía la normativa de seguridad al carecer de aspersores), provocando un descomunal incendio, una auténtica lluvia de fuego – según el testimonio de varios supervivientes -. La catástrofe dejó más de doscientos heridos llevándose por delante la vida de noventa y ocho personas, entre ellas la de su guitarrista Ty Longley.
A pesar de esta tragedia la banda continuó hacia adelante hasta que en 2011 Jack Russell toma la decisión de seguir en solitario con un nuevo combo, bautizándolo bajo el nombre de Jack Russell´s Great White. Tras varias disputas por el nuevo nombre (acabaron en los tribunales en 2013) ambos grupos continúan en activo, con más o menos fortuna.
Aquí un ejemplo, a ver quién se lleva el gato al agua. En mi humilde opinión, Jack Russell´s Great White se lo hacen mejor.