Actualmente se vierten ríos de tinta sobre la profunda huella que Black Sabbath han dejado impresa en la historia del Heavy Metal. Durante más de cincuenta años los poderosos riffs del guitarrista Anthony Frank Iommy – alias ‘Tony Iommy’ – han influido en miles de bandas de todo el planeta. Un legado musical indiscutible embutido en una carrera llena de luces y alguna que otra sombra, por parte del combo británico.
Estableciendo un parangón dentro de los sonidos más duros nos encontramos con sus paisanos Bolt Thrower. Formados en 1986 han resultado significar al Death Metal lo que Black Sabbath al Heavy Metal. Así de crudo y fabuloso a la vez.
El dúo formado por sus guitarristas Gavin Ward y Barry Thompson se ha labrado una grandísima y seminal trayectoria dentro de la escena extrema. Su trabajo en discos como ‘For Victory’, ‘IVth Crusade’ y su debut ‘Realm of Chaos’ por poner un pequeño ejemplo, es sencillamente demoledor.
La muerte de su mítico batería Martin Kearns precipitó que la disolución de la banda se diese de manera definitiva en 2016. Una auténtica pena y una gran pérdida.
Convertidos hoy en día en todo un referente, Bolt Thrower seguirán muy presentes entre todos nosotros mientras exista una banda de Death Metal sobre la faz de la tierra. Su influencia dentro del estilo es innegable, un grupo de culto precursor de la temática bélica (eran auténticos fans del juego de mesa ‘Warhammer’) que facturó verdaderos himnos dentro del género como el que os comparto al final de este artículo.
Afortunadamente Bolt Thrower nos han dejado su discografía para la historia, aunque se les echará siempre de menos. Su vocalista Karl Willets continúa en Memoriam, una banda de Death Metal fundada también en 2016 junto a Scott Fairfax (Ex Benediction) en la guitarra, Frank Healy (Ex Sacrilege, Ex Benediction, Ex Napalm Death) al bajo y Andy Whale (Ex Bolt Thrower) en la batería. No es lo mismo, pero sin duda se trata de una grandísima banda que, a su manera, continúa manteniendo viva la llama en el reino del caos.