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Fran Gonzalo

METAL PESADO

Unidos por el Rock. Nuestra movida del 86

De izda. a dcha. Pelos, Salva, Fochan, Oscar y Jose Mari (Paco)

Dazed and Confused, es el título de una canción de Led Zeppelin y el de una película que en España se tradujo con el poco atractivo nombre de Movida del 76. Narra la historia de un grupo de adolescentes el ultimo día de instituto antes de ser lanzados al mundo de los adultos. Algo así como aturdidos y confusos, seria la traducción de esta película que se desarrolla en una noche de verano, y que cuenta  con una banda sonora de lujo en la que participan Deep Purple, Black Sabbath, Kiss, Aerosmith o Sweet entre otros muchos.

Todos hemos tenido un verano especial, con una banda sonora especial.  El mío, fue el del 86.

Las 18´30. A esa hora quedábamos todos los días en los recreativos Alcázar, de la calle Pérez Galdos.

Yo solía llegar el primero, vivía muy cerca, y así de paso tenia la seguridad de pillar mi maquina favorita, Asteroids. El Pelos y Oscar como eran casi vecinos venían juntos, los mismo que Paco y Fochan. Allí, con las monótonas melodías del come-cocos, Asteroids o Galaxian, el entrechocar de las bolas de billar y el sonido metálico del futbolín, transcurrían las tardes de aquel lejano verano del 86, que  veíamos pasar  al ritmo de Freewheel Burning, Warrior, The Trooper o  The Last in Line, aunque siempre se nos colaba Michael Jackson y su Thriller. Daniela Romo, Tijeritas o La Unión, también tenían su sitio entre el olor a tabaco y vinagre de los pepinillos y  cebolletas que inundaba el local. Y que largas se nos hacían esas canciones, las nuestras parecían mucho más cortas. Queda claro que no teníamos el monopolio de la maquina de discos. Aquellas canciones y otras muchas, fueron la banda sonora de aquel verano. Banda sonora que luego nos llevaríamos a casa, porque Jaime, el encargado, al cambiar  los discos por otros nuevos, nos los vendía a treinta o cuarenta pesetas cada uno.

Cuando salíamos de allí, hartos de matar marcianitos, lo hacíamos comentando el ultimo numero del Heavy Rock, o el nuevo trabajo de Maiden, AC/DC o cualquiera de nuestros ídolos.  Íbamos a Discoclub o a Discóbolo a echar un vistazo, por puro placer, disfrutando del simple gesto de pasar los discos con los dedos y de alucinar con alguna de las portadas que aún no teníamos en nuestra colección. Y el BID, os acordáis del BID, boletín informativo discoplay. Aquel catálogo era una mina, la sección de heavy venia repleta tanto de novedades como de clásicos, pero sobre todo buscábamos la parte donde se vendían camisetas y parches para decorar las chaquetas vaqueras.

Caminábamos sin rumbo fijo, con poco dinero en el bolsillo y muchos sueños en la cabeza. Nos dejábamos caer por las fiestas de los barrios de Logroño con la esperanza de ver actuar a nuestros héroes locales, Cripta, Jezabel o Vado Permanente. Estos eran mis preferidos. Aún recuerdo los momentos air-guitar, que protagonizábamos el Pelos y yo al son de “Al Amanecer”.

Ese verano y los sucesivos se forjó nuestra amistad a base de Heavy Metal y mucha ilusión.

De izda. a dcha. Filippo, Salva, El Loco, Goyo, Julito, Cesar, Pelos, Oscar, Toño, Raquel y Juani

Descubrimos el Morrorock. Quién me iba a decir entonces que al año siguiente yo tocaría en ese festival. Conocimos a nuevos amigos, Filippo, Cesar y toda su banda con los que pasábamos las horas en las escaleras de la plaza de correos, bebiendo litronas (el botellón no se habia inventado pero igual teníamos que reclamar derechos de autor) y viendo la vida pasar, sin prisa, con la tranquilidad que da el tener un calendario repleto de hojas por estrenar.

Ese año también tuve ocasión de conocer a Pedro, responsable, bueno, uno de los responsables del El Dorado cuando en la Plaza de Louis Braille abrió junto con Alfonso su socio, el Blue Moon, precursor de su actual negocio, y donde los viernes por la noche se programaban actuaciones. Todavía conservo alguno de los carteles que les hice para dichos conciertos, y las plantillas que use para rotular su fachada.

Y hablando de bares ya desaparecidos, recuerdo también una conversación en el  Continental, situado debajo de la Concha del Espolón, haciendo cábalas de cómo seria nuestra vida en el 2000, cuando tuviéramos  treinta y tres años, algo que veíamos muy lejano. Imaginando nuestra vida con hijos, si seguiríamos escuchando la misma música y si nuestras melenas permanecerían perennes, aunque viendo alguna fotillo reciente  me parece que hay quien pertenece a la categoría de árboles de hoja caduca.

 Fue ese mismo verano cuando comencé a tocar la bateria con Ophis y aquello me cambió la vida por completo. Mi sueño se habia cumplido, formaba parte de un grupo. Como decía una de nuestras canciones.

                                 “Vives en un sueño

                      Esperando que se haga realidad”

Una de aquellas tardes de andanzas sin rumbo fijo, pasamos por un Púb en cuya puerta se anunciaba que se proyectaban vídeos musicales. De entre todas las fotos, destacaba una de Motley Crüe, era de la época del Theather of Pain. Con un poco de indecisión y algo de vergüenza nos adentramos en aquel bar, que  parecía echo como refugio de parejas, más  que para albergar a un grupo  de aguerridos Heavys como nosotros. El Mi Amigo, propiedad del locutor Manolo Manix, fue sin lugar a dudas nuestro gran descubrimiento del verano, fuimos los primeros en poner los pies en el  y no dudamos en lanzar la noticia a los cuatro vientos.

No se que tipo de clientela sería la habitual hasta entonces, ni porque se decidieron a pasar video clips, pero el caso es que le dimos un lavado de cara total, sino en lo decorativo, si en la fauna que a partir de entonces comenzó a alternar allí.

La cuadrilla en el Pub Mi Amigo

Cuando no habia ningún bar que pinchara nuestra música, Mi Amigo nos ofrecía la posibilidad no solo de escucharla, también de verla a través de la todopoderosa  MTV. Lo que allí descubrimos fue increíble, grupos como Cinderella, Stryper, Tesla, Poison, el primer disco en solitario de David Lee Roth, que nos dejo absolutamente alucinados. La sola visión del video clip de Yankee Rose ya era suficiente para engancharte a la música del que fuera frontman de Van Halen. Desde los espectaculares movimientos de David hasta la fuerza escénica de Steve Vai y sus increíbles malabarismos con la guitarra y no solo en lo que a lo musical se refiere, hacia que cada vez que aparecía ese video todos nos quedáramos boquiabiertos. Pero hubo muchísimas canciones más para añadir a nuestra banda sonora. Manowar y su Gloves of Metal, la maravillosa Stars, la respuesta heavy a  We Are The World, de la mano de Ronnie James Dio,  Dokken con su I´ts not Love, Bon Jovi por supuesto, que con su disco Slippery When Wet, rompió todas las barreras imaginables y se adentró de lleno en las listas de todas las emisoras de radio, al igual que lo hicieron Europe con su Final Countdowm o Scorpions que sonaron hasta la saciedad llenando el mundo de empalagosas baladas. La lista es interminable.

En poco tiempo lo pusimos de moda y durante varios años fue referente dentro del Heavy Riojano, acomodándose a los gustos de la parroquia, que pronto dejo de lado el Glam y la artificiosidad de Hair Metal para dejarse golpear por los sonidos más duros de Kreator o Metallica.

 Allí y en el bar Robi, entre cerveza y cerveza surgió la idea de que habia que hacer algo para cambiar el panorama cultural de nuestra ciudad. Y de ahí salio ese maravilloso pero mal llevado acabo proyecto del colectivo TAL, que reunió a gran parte de los grupos de entonces con la idea de buscar apoyo por parte de las instituciones, para promocionar a las bandas locales y de paso traer a nuestra ciudad grupos que no solo fuesen del agrado de la mayoría.

 Mucho a llovido desde entonces, y mucho también han cambiado las cosas. Doce años han transcurrido desde aquel año dos mil que en el 86 veíamos tan lejano, como lejanos quedan unos recuerdos, que estoy seguro de que ninguno de nosotros olvidará, yo por lo menos, jamás olvidare esos maravillosos días de aquel verano del 86.

 

Y me inquieto siempre a base de pensar

Que por más vueltas que de la vida,

Nunca nada será igual

Y que la flor de nuestros años de amistad se marchitó

Y aunque jamás volvió a brotar

Yo aún echo de menos nuestras risas

que a veces logro recordar.

 

 

Salva Guillén Etayo

Desde 2008, bitácora musical dedicada a la cultura Heavy Rock.

Sobre el autor

Batería en SILENCIADOS, desde 1989 ha puesto sus baquetas al servicio de las bandas Nilo, Barra Libre, Aposento, Silencio Absoluto, Innervoice y Tierra Santa, entre otras. Otrora colaborador en los magazines Rock Hard, Metals y RafaBasa.com, dirigió los espacios radiofónicos ‘Metalmorfosis’ (Onda Fuenmayor) y ‘Alto Voltaje’ (Punto Radio La Rioja). Además, Fran es autor de los libros ‘Y estalló el Rock. Historia del Heavy Metal en La Rioja’ y Tierra Santa ‘Viviendo un sueño’, ambos publicados por Ediciones 4 de Agosto.

 
 

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