Luis Suárez tiene un problema y es una cosa que tiene que hacerse ver. Hay que mirar lo que le pasa al chico. Es un gran jugador, un futbolista de categoría, y su reacción es preocupante. Es reincidente, ya ha mordido a los rivales en ocasiones anteriores y la FIFA ha tomado una medida que pretende ser ejemplarizante. Y él debe tener cuenta que debe ser castigado con rotundidad porque lo que ha hecho es una barbaridad.
Le han impuesto nueve partidos de suspensión con Uruguay y cuatro meses sin poder jugar su club. La sanción en el capítulo de la selección es equilibrada, es ese objetivo de subrayar que es reincidente, que no lo hace por primera vez. Se puede discernir si los cuatro meses sin poder competir tampoco con su equipo (de momento, el Liverpool) son una sanción excesiva y demasiado dura.
Luis debe tener en cuenta que los grandes futbolistas son una imagen pública y tienen que dar ejemplo, especialmente ante los niños. Le observan millones de espectadores y su comportamiento es grave. Un deportista importante debe ser un ejemplo y él no es un ejemplo.