Me pongo en su lugar y les doy la razón para tal cabreo. Enterarse de que sus concejales, esos mismos que dejaron sus anteriores trabajos para dedicarse en cuerpo y alma a usted y a su ciudad, disponen de ayudas para cambiarse de gafas, hacerse una endodoncia o ponerse unas plantillas ortopédicas con cargo a las arcas municipales no es para menos.
Y si a eso le añade que además disponen de un seguro médico que les permite someterse a intervenciones quirúrgicas en hospitales de fuera de La Rioja y beneficiarse del diagnóstico de los mejores especialistas, su mosqueo, usted que está retrasando la consulta al dentista para empastarse esa dichosa muela pese a un dolor de mil demonios, puede llegar a ser monumental.
Para más inri, si encima lo pone en su conocimiento un político de corta trayectoria que con apenas 30 años gana el doble que usted, que lleva toda una vida en el tajo, entiendo su ira. Como también comprendo la del joven mileurista al que supuestamente dirige sus acciones políticas.
Sus ojos inyectados en sangre tampoco me extrañan al comprobar la cara de bobo que se le queda después de leer la última crónica de Teri Sáenz en la que informaba del ‘numerito’ del último pleno parlamentario… Los políticos han abierto la veda y ya es tarde para pretender que el ciudadano no salga también de caza…