Dos años en Logroño. El pasado 12 de mayo hice 730 días como trabajador de Diario LA RIOJA y como vecino de la capital regional. Casualidades del destino, también el pasado miércoles acudí a la Sección de Estadística del Ayuntamiento con el propósito de empadronarme en Logroño. Yo (el burro delante), mi mujer y mi hijo…
Con los impresos debidamente cumplimentados y las fotocopias de los DNI, del Libro de Familia y del contrato de alquiler pulsé la tecla correspondiente al padrón municipal y con el ‘conseguido’ numerito me dispuse a aguardar turno…
Esperé, esperé y desesperé al igual que el nutrido grupo de ciudadanos que hacían cola oyendo, ya se imaginarán ustedes, de todo y para todos… Mejor dicho, de todo pero sólo para unos, es decir, para los funcionarios… centro de todas las críticas sin saber que apenas unos minutos antes el anuncio de recortes sociales por parte del presidente Zapatero les había dejado helados…
Solo así se entiende que, llegado mi turno, vi como apenas dos de los varios puestos allí habilitados se encontraban en servicio, pese a que personal sí que se veía, y como para más inri, a mitad de gestión, era obligado a cambiar de mesa para que un funcionario terminase lo que otro (que se ausentó sin decir ni mu) había iniciado…
Paciencia, Javier, me dije… Son cosas que pasan, trató de convencerme la voz de mi conciencia… Cuando aún rumiaba lo sucedido, el periódico en el que trabajo me dio algunas claves: De mayor quiero ser funcionario, se podía leer en uno de los titulares…
Y como tantos otros (véase los abajos firmantes)… me lo tomé a risa.