Así se lo han hecho saber quienes, pese al San Bernabé meón, han desafiado la lluvia para ser los primeros en estrenar el remodelado espacio ‘gin tonic’ en la mano. Con el éxito de la peatonalización prácticamente en el bolsillo (siempre y cuando el adoquinado aguante el tipo y con las prisas no termine como el de la Gran Vía), cabría preguntarse si el equipo de Gobierno municipal no ha pecado de conservador a la hora de acometer el proyecto.
Me explico. Cerrado al tráfico tanto Bretón como Siervas de Jesús, ¿qué sentido tiene mantener abierto el tramo afectado entre Víctor Pradera y avenida de Portugal? ¿No creen que ese giro está de más?
Dejando despejadas las entradas y salidas al parking de El Espolón su inclusión en el proyecto hubiese significado redondear la obra. Y ya puestos, ¿por qué no extender las restricciones a Muro de la Mata y Sagasta, Puente de Hierro incluido? Si bien las críticas y los pitos durante la actuación serían de aúpa… ¿Se imaginan la intensidad de los elogios y los aplausos finales?
P.D.
El antes (abajo) y el después (arriba) no tienen punto de comparación…