Me llamo Arce y vivo en el Parque del Ebro. Soy joven… como dicen ustedes los humanos, un adolescente. Me alzo altivo a pocos metros de un edificio recién estrenado que creo que llaman frontón. Mi vida es pacífica, prácticamente sin sobresaltos.
Este ?frontón? me ha dado un poco mas de vidilla, de alegría. El bullicio de todo tipo de personas, que se reúne en su interior y exterior me acompaña. A veces algunos humanos se sientan en el cesped que me rodea y charlan de sus asuntos, ¡y me entero de cada cosa!
Ayer fue un día nefasto para mis ?colegas?: 18 de mis amigos cayeron en un acto de salvajismo humano, (no se qué les pasa a estos humanos). Ellos, como yo, lo único que queríamos era crecer lo antes posible para ofrecer nuestros mejores servicios.
Yo, normalmente, veo humanos con bolsos, con libros, con bastones (suministrados por algún colega mío), con perros, con bicis, con ‘humanitos chiquitines’… pero hasta ayer no había visto a nadie llevando un objeto tan extraño, que cuando lo usó, derribó a mi colega, al de al lado, otro arce como yo un poco mas crecidito.
Pero las noticias corren de rama en rama y para la madrugada ya eran 18 los que habían corrido la misma suerte (la misma mala suerte).
¡Qué extraño comportamiento tienen estos humanos! Con la gente tan maja que suelo ver todos los días en mi entorno. ¡Cómo me gustaría hacerme viejo y ver generación tras generación de buenos humanos paseando a mi alrededor!
Espero de quien dependa este asunto que en los huecos dejados por mis colegas defenestrados se coloquen otros. Yo ahora, de momento, me siento triste sin mi amigo del alma, con quien departía diariamente.
P.D.
La carta, remitida por un arce de los que sobrevivieron al arboricio de los parques del Ebro y de La Ribera (podría ser justo el que se ve al final de la imagen tomada por Jonathan Herreros según se desprende de su propio relato), es uno de los comentarios recibidos por la noticia del suceso en larioja.com.
‘Nanay de Logroño’, ante su interés, únicamente la reproduce textualmente… ¡Enhorabuena a su autor pues no puede ser más precisa!