La primera vez que oí hablar de los presupuestos participativos fue en Albacete. Ya ha llovido desde entonces, tanto como para darme tiempo a cambiar el paraguas desde Castilla-La Mancha a La Rioja previo paso por Castilla y León.
Ahora, en pleno verano y con menos posibilidades de precipitaciones, veo que aquellos mismos presupuestos participativos llaman a mi puerta… Sí, sí, como lo oyen, se cuelan por la ranura del buzón junto al folleto publicitario del Media Markt que anuncia supuestos precios de locura en lo que a televisores se refiere.
El Ayuntamiento de Logroño ha abierto el plazo para que los logroñeses y logroñesas envíen sus propuestas para decidir sobre el destino de una parte de los próximos presupuestos generales del municipio.
Pese a que tanto en Albacete como aquí pienso que dicha parte nunca será lo suficientemente relevante como para considerarlos tan ‘participativos’ como se les denominan, en esta ocasión estoy barajando seriamente la posibilidad de ‘participar’…
¿Qué hacemos en Logroño? Habla ahora o calla para siempre me dice desde entonces mi ‘pepito grillo’ cada vez que veo el folleto informativo amontonado junto a otros papelotes en la mesita auxiliar del salón… No le hago caso, pero basta que coja el mando a distancia (curiosamente de un LCD de 32 pulgadas cuya referencia figuraba en la primera página de aquel dicho catálogo comercial) para que vuelva con la misma canción: ahora o nunca…
“Envía tu propuesta al presupuesto participativo antes del 9 de septiembre”, leo al volver la vista al folleto. “Presenta la ficha del presupuesto ciudadano en la asociación de vecinos de tu barrio, la federación de asociaciones de vecinos, el servicio de información 010 ó en un c-o-r-r-e-o-e-l-e-c-t-r-ó-n-i-c-o escrito en letra tan minúscula que en la distancia no alcanzo a leer…”
Busco las gafas para asegurarme. ¿Punto com o punto net? Habla ahora o calla para siempre repite el incómodo insecto cuando ve que desisto y vuelvo a zapear con el mando…