¿Cuál es el colmo de un arquitecto? Trazar líneas con la regla de su mujer, tener el pie plano, llamarse Armando Esteban Quillo, construir castillos en el aire, tener gemelas y que se las tiren…
Eso y mucho más cuentan los chistes. Pero para chiste lo sucedido el pasado fin de semana en nuestra ciudad, noticia más leída en larioja.com: Parte de la cubierta del 146 de la calle Mayor, propiedad del COAR, se cae por falta de mantenimiento.
No deja ser gracioso que un edificio en propiedad del propio Colegio Oficial de Arquitectos de La Rioja se caiga a trozos en pleno corazón del Casco Antiguo de Logroño tras años de abandono…
Se escudan (o excusan) en que la crisis paralizó el proyecto de recuperación aprobado en su día por la institución colegial y quizás no les falte razón… Ahora bien, antes, cuando el dinero entraba a espuertas en pleno boom del ladrillo con tanto y tanto visado, ¿no cayeron en la cuenta de que la burbuja inmobiliaria, esa misma contra la que arremetía incansable el ex decano Domingo García Pozuelo con más razón que un santo, podía estallarles a ellos en la mismísima cara?
La foto del siniestro, casi se me olvidaba, es del compañero Miguel Herreros…