El otoño va dando paso al invierno y el relevo viene marcado por la caída de las hojas. La alfombra de hojarasca que estos días cubre, entre otras, la plaza México a puertas del barrio de Cascajos así nos lo indica…
Sin embargo, y más allá de reflexiones puramente estacionales, su presencia inundándolo todo invita a otros análisis: ¿Cómo pretenden que entendamos que los sopladores del servicio de mantenimiento trabajen en días de fuertes vientos y que cuando más se necesita de su tarea nadie sepa dónde están?
La niebla, la lluvia y, sobre todo, el frío hacen que la densa hojarasca se haya convertido en una auténtica pista de patinaje… vías de tránsito ‘resbaladizas’ con lo que ello conlleva: sustos y más sustos a falta de algún esguince, torcedura o, con algo de mala pata, rotura que lamentar…