Resulta que cuando el Ayuntamiento de Logroño se decide a poner en marcha las denominadas ‘vías de tráfico pacificadas’, calles ‘secundarias’ donde se deberá circular a un máximo de 30 km/hora para favorecer la convivencia entre coches, motos, bicicletas y peatones, en la ciudad canadiense de Vancouver van un paso más allá…
Labradores y Vélez de Guevara servirán de experiencia piloto para extender las citadas ‘zonas’ con preferencia a ciclistas y peatones por otras partes de la ciudad; sin embargo, qué quieren que les diga, en mi opinión el plan anunciado por el Consistorio capitalino, al igual que ya he dicho otras tantas veces en lo que a peatonalizaciones se refiere, se queda corto…
Corto, escaso, insuficiente… ¿Qué puede llegar a suponer para la movilidad ubana apenas un kilómetro de ‘vías de tráfico pacificadas’ que solo se irá aumentando a un ritmo de 500 metros cada ‘x’ tiempo?
Permítanme poner en duda sus efectos y mostrarles cómo en otros puntos del mundo atajan el problema del exceso de velocidad del tráfico rodado en la calle y los riesgos que ello conlleva para quienes pensamos que otra forma de desplazarse es posible:
Se trata de una ilusión óptica; un dibujo en 3D de una niña tratando de alcanzar un balón de color rosa (al menos en la foto que yo he encontrado). Al parecer, la figura se empieza a visualizar gradualmente desde los 30 metros entre el conductor y la gráfica.
La niña, una imagen pintada en el asfalto, a dicha distancia y si se va a más velocidad de la permitida, se pone tridimensionalmente ‘en pie’. Un ‘buen’ susto que a ‘buen’ seguro contribuye a que usted sea un ‘buen’ conductor y vaya con menos prisa.
También se incluyen señales de advertencia comunes con la leyenda ‘You’re probably not expecting a child to run into traffic’ (Probablemente no esperarías a un niño corriendo en el tráfico)… ¿o sí?
Y es que es precisamente ahí donde radica su supuesta efectividad… ¿Quieren ver cómo funciona?