Sin embargo, lo que más debería preocupar al equipo de Gobierno de PSOE y PR a estas alturas del desaguisado surgido a raíz de las denuncias del PP en torno a esculturas y señales es la sensación de casa de ‘Tócame Roque’ que está dando el Ayuntamiento de Logroño tanto en la propia ciudad como fuera de ella.
Que se firme un recibí por un suministro pagado pero no entregado, que encima se recoja la factura pero se desentiendan del producto acordando verbalmente su almacenamiento con un tercero como si la Administración local no contase con el suficiente espacio para hacerse cargo de lo que es de su patrimonio, o que el funcionario responsable firme un informe a solicitud de la Concejalía de la que depende desdiciéndose cuatro días después y finalmente ser enviado en motocicleta para, cámara de mano, elaborar un reportaje fotográfico que acredite el número exacto de monolitos, chapones y placas colocadas, no solo pone en entredicho la gestión que la Administración local está haciendo del plan ‘Enoturismo en Logroño’ en sí sino que, por extensión, deja en evidencia la propia gestión municipal.
21 días después ni socialistas ni regionalistas han sido capaces de hacer desaparecer la impresión de despelote en el edificio de Moneo. Quizás su respuesta, sin rumbo ni sentido, pura improvisación ‘bipartita’, tenga mucho que ver en la apreciación…