Aburrido, cansado, harto, hastiado… Así abandonó el último pleno municipal Juan Manuel Zaldívar, representante de la Federación de Asociaciones de Vecinos de La Rioja.
No se hubiese notado si las sesiones que se celebran en el Ayuntamiento de Logroño despertasen algo más de interés (fíjense que digo algo y no más)… pero no fue el caso; de hecho, no lo es nunca.
Y es que los asistentes a los plenos municipales pueden contarse sin problemas mes tras mes con los dedos de una mano. Por mucho que unos y otros (concejales y no concejales) se empeñen en hacernos creer que las sesiones se convocan a las 19 horas para facilitar la asistencia pública.
Sin embargo, Zaldívar no solo se fue por cuestiones de reloj, que también… Al parecer había asamblea de la federación a la que pone voz con cierta frecuencia ante el Pleno del Consistorio capitalino, y visto lo visto… Juan Manuel hizo lo que hubiese hecho cualquier ciudadano en su lugar: si no quieren escucharme encima que vengo, me voy y aquí paz y después gloria…
Y es que de nada sirvieron sus intervenciones ante los diferentes grupos municipales, pues ni siquiera fueron capaces de ponerse de acuerdo a la hora de proceder a la colocación de una marquesina. Y eso que se supone que la voz de Zaldívar es la de la inmensa mayoría de los vecinos de Logroño. Pero ni con esas… PSOE, PR y PP a lo suyo, que oído lo oído no es otra cosas que sus propias siglas.
Juan Manuel se fue visiblemente enfadado. Muy molesto. Yo también.
P.D.
Juan Manuel Zaldívar ‘retratado’ por Jonathan Herreros el pasado jueves.