Acabo de llegar a casa tras haberme dejado en la terraza de un conocido establecimiento hostelero de Cascajos a la candidata del PP a la Alcaldía de Logroño junto a su jefa de Prensa y a una conocida pareja de periodistas de la capital riojana supongo que tomando algo después del mitin de Rajoy.

Me dirijo a casa con ganas de coger la cama tras la primera semana de una campaña electoral que transcurre sin pena ni gloria en la que la desafección política sería el partido que, en caso de que la abstención y el voto en blanco ocupasen escaño, lograría la mayoría absoluta sin necesidad de encuesta.

“Vótaré al que menos asco me dé”, me espetaban hoy en la fila del paro mientras preparaba un reportaje… ¡Vaya panorama! Los logroñeses se debaten entre entregar la Alcaldía a una joven de nombre Concepción pero que se hace llamar Cuca a la que solo conocen por las fotos del periódico o a través de la pantalla de televisión y de la que no paran de oír que no deja de ser una mandada de Sanz o volver a confiar en un Tomás que ya ha cumplido los 60 años y que despierta serias dudas de que llegue siquiera a tener las ganas necesarias para seguir dirigiendo los destinos de la ciudad con la que está cayendo.

Dos opciones que parecen no satisfacer a la ciudadanía a tenor de las encuestas dadas a conocer hoy por PP y PSOE y cuyo resumen es que si una no convence a nadie, el otro aún menos. Quizás el análisis sea el de alguien hastiado a altas horas de la noche pero que, qué quieren que les diga, cree cada vez más en que lo de las listas abiertas ya no puede esperar.

¿Qué se puede esperar de una candidatura que en caso de gobernar con mayoría absoluta tendría en los puestos 13 y 14 a dos ediles como Rodolfo Rubio y Alfredo Iturriaga que no han abierto la boca durante la presente legislatura o de la que lleva como número dos a alguien con un perfil tan bajo como el de Pilar Criado y que ni siquiera ha sido capaz de apostar por la lógica renovación tras el desgaste sufrido en cuatro años de Gobierno?

No me lo tengan en cuenta… estoy cansado y se me cierran los ojos… les prometo que intentaré soñar con que el 23 de mayo tendremos al mejor alcalde posible, pero ya les adelanto que una vez despierto quizás solo tengamos lo que nos merecemos.