“Mensajes como el nuestro quedan silenciados por una Ley Electoral en la que los susurros quedan calcinados”. De esta manera tan poética me describía ayer Íñigo Crespo, candidato de Ecolo-Verdes de La Rioja al Ayuntamiento de Logroño, la “injusticia” a la que deben hacer frente partidos minoritarios (y no tan minoritarios) cuyos votos, insuficientes para obtener representación con el denominado sistema d’Hondt, se quedan en el limbo.
Una “injusticia” que entroncaría directamente con los postulados del movimiento 15-M y que tendría no solo en la actual partitocracia sino en el bipartidismo en el que ha desembocado dos de sus principales caballos de batalla (además de en el PP y en el PSOE). Lo de las listas abiertas, lejos de ser una exigencia más, tiene que ser visto como lo que es: una perentoria necesidad. Solo así habría al menos una posibilidad de evitar el gobierno de, como se suele decir, “los menos malos”.
Tal reflexión viene al hilo del reportaje electoral realizado hoy en Diario LA RIOJA. Esa ‘tienda de campaña’ al que aún restan unos días para echar el cierre y que en esta ocasión se hace eco de los ‘otros’: formaciones minoritarias y alternativas que desarrollan su particular campaña para hacerse oír y lograr llevar su mensaje al conjunto de la sociedad.
¿Qué pensarían si les digo que con algunos de los ‘candidatos’ que he hablado y que no tienen la más mínima posibilidad de salir elegidos disponen de más formación, preparación, fundamentos democráticos y sentido común (no hablemos ya de capacidad de oratoria) que muchos de los que a día de hoy ocupan sillón en el Ayuntamiento de Logroño o en el Parlamento de La Rioja?