No me queda más remedio que apostillar el post subido esta misma mañana con el título de Más allá de PP y PSOE pues no ha sido hasta esta tarde-noche cuando he tenido la ocasión de sentarme a leer Diario LA RIOJA. Y lo hago indignado (que ya toca) con la opinión que de las minorías expresa un presidente regional al que se le presupone “de todos” y que sin embargo no tiene problema alguno en declarar que «votar a los partidos minoritarios es inútil; ese voto se tira».

Y digo indignado porque curiosamente hoy en el periódico hemos apostado por dar voz a los que he tenido a bien (no se si acertadamente o no) denominar como los ‘otros’… precisamente a esos partidos minoritarios y alternativos a los que Pedro Sanz parece denostar tanto y que, he aquí la sorpresa, quizás sea porque últimamente alguno de ellos le está quitando el sueño.

Sanz instó a los ciudadanos riojanos «a ser inteligentes para que vuestro voto sea útil y efectivo», escribe mi compañera Pepa desde Santo Domingo de la Calzada… Un voto útil y efectivo que, lógicamente, pidió para su PP. Sus palabras admiten varias lecturas, ahora bien, yo en principio me quedo con esta: ¿Acaso quienes no sigan sus directrices no son inteligentes?

Las perlas que cultivó Sanz, quien sabe si caminando sobre las aguas con tanta aclamación mitinera, no terminaron ahí. “Los partidos minoritarios no tienen ninguna solvencia y sólo les interesa el mangoneo”, espetó entre vítores. ¿Y saben qué fue lo peor de todo? ¡Que hasta sonrió satisfecho con su locuacidad!

Supongo que el ‘presi’ no se refería ni a Los Verdes ni a ‘Por un Mundo más Justo’, en cualquier caso, se me antoja intolerable que un cargo público, presidente de toda una Comunidad durante 16 años y llamado a hacerlo otros tantos, muestre esa total falta de respeto por unas siglas diferentes a las suyas (o a las del PSOE, que también cabría interpretarlo así ciñéndose literalmente a sus palabras) o por quienes optan libremente por meter en las urnas las papeletas con los nombres de esos a los que se refiere despectivamente como “mangantes”.

Declaraciones como las del presidente Sanz no es que no sean de recibo, que por supuesto no lo son, sino que directamente entrarían en el terreno de lo democráticamente reprobable cuando no de lo sencillamente antidemocrático. Mal ejemplo. Nefasto, pues en elecciones no todo vale. Máxime teniendo en cuenta que en las listas del PP, que sepamos, hay algún que otro imputado por corrupción…

Como mal ejemplo e igual de lamentable es toparte de lleno según avanzas páginas con las manifestaciones de Alfredo Pérez Rubalcaba. Y es que a la misma hora en la que miles de personas se congregaban ayer en la Puerta del Sol, movilizados por la plataforma ‘Democracia Real Ya’, el vicepresidente primero del Gobierno lanzaba un mensaje a la desesperada en Vigo en un ejercicio de cinismo político como solo él sabe hacer. «Entendemos que haya alguien distante, que algunos amigos nuestros nos vean con reticencia, que se sientan defraudados, pero tenemos que decirles que aquí se trata de confiar en los amigos o dejar el paso a los adversarios». ¿Suena hipócrita, no?

¿Acaso no sabe alguien tan inteligente como Rubalcaba que precisamente parte de esa indignación se centra contra el Gobierno del que él forma parte? ¿Acaso se le ha olvidado que es el PSOE quien lleva dos legislaturas gobernando? Sin rodeos: ¿Cómo se puede tener tan poca vergüenza? De alguien como Rubalcaba, maquiavélico como le pintan, quizás sea esperable; ahora bien, ¿qué me dicen del imitador que le salía a última hora de hoy en la figura de César Luena? Pues no va y dice el ‘colega’ que quienes participan en el movimiento 15-M “deben tener presente que la democracia es un sistema de mayorías y que se debe intentar que no haya mayoría de fuerzas conservadoras”. ¡Joder con el demócrata! ¿Otro que aspira a seguir los pasos de Sanz?

Bueno, creo que me estoy extendido demasiado y es tarde, así que dejo para otro post la dichosa manía del PSOE cada vez que se acercan unas elecciones de que se les llene la boca con la palabra ‘derechona’ en referencia al PP acompañada no sin cierta caradura de su irrisoria autoproclamación como ‘izquierda’ verdadera. ¿Progresistas? ¡Pero qué morro!