Vaya por delante que la respuesta de La Rioja a las distintas convocatorias desde Asamblea Logroño no deja de sorprenderme y, por tanto, desde aquí no puedo hacer más que quitarme el sombrero. Dicho esto, también creo de justicia poner en valor aspectos del 15-M que, meses después de su gestación, conviene recordar tanto a partidarios como a detractores:
1) Participación multitudinaria, al menos en lo que a las manifestaciones se refiere. Lo escribí en su momento y ahora lo repito: sucede que, casi siempre, miramos con envidia a nuestro alrededor sin valorar en su justa medida lo que tenemos… La acampada de la plaza del Mercado no solo fue más numerosa y estuvo mejor organizada que en las ciudades de nuestro entorno con las que tradicionalmente tendemos a compararnos sino que tanto el 19-J como el 15-O entre 5.000 y 6.000 logroñeses (riojanos habría que decir) se echaron a la calle superando ampliamente la participación registrada no ya en esas ciudades sino en otras que nos quedan más lejos y que incluso nos doblan en población. Quítale Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Málaga… y te aparecerá Logroño.
2) Anónimos y no tanto, y ahora me explico. Asambleas y manifestaciones han contado con gente de todo tipo y condición. Gente como usted y como yo, como su vecino del quinto al que en ocasiones va a pedir una pizca de sal, como la frutera de la esquina a la que le compra dos kilos de tomates, como el charcutero al que le solicita las lonchas de jamón de york finitas… Ni perros ni flautas, ni vagos ni maleantes… Y entre la multitud, un nombre propio (supongo que entre otros muchos) al que mi oficio me permitió conocer personalmente durante la pasada campaña electoral y que desde entonces me tiene admirado: Juan Luis Herrero del Pozo. Y es que la admiración y el respeto, en su caso, no es para menos. Cuatro huelgas de hambre a favor del 0,7% en la década de los 90 (alguna de ellas, de casi un mes de duración) le minaron la vista y hoy, tras toda una vida de lucha por las causas más justas que uno se pueda imaginar y casi octogenario, aún puede vérsele en su silla de ruedas y pancarta en alto apoyando un movimiento como el del 15-M que, como poco, ha servido de aldabonazo en la conciencia colectiva de una sociedad civil que, de momento, ha lanzado un SOS para recuperar el espacio perdido.
3) Sin incidentes ni incidencias (ni antes ni ahora) y con el civismo por bandera. Ni hubo problemas con el campamento ni los ha habido en las distintas marchas por mucho que algunos se impacienten para echarse encima como carroñeros. Insurrectos, pero pacíficos; resistentes, pero no violentos; e indignados… muy pero que muy indignados. Críticos, alegres y constructivos (y combativos, que también los hay). Todo lo demás sobra. Y, como también dije en su momento, lo del 11-J, es decir, el acto de protesta justo el día de la toma de posesión de la nueva Corporación municipal con la alcaldesa, Cuca Gamarra, al frente y posteriores ‘banderazos’ de San Bernabé, no fue más que un ejercicio de ciudadanía. Ciudadanos que decidieron expresar su opinión de la misma manera que otros optaron por procesionar. No se le faltó el respeto a nadie… ni mucho menos al Santo Patrón.
4) Un futuro que invita a crecer aún más. Cerca de 15.000 votos, es decir, un 20% de los sufragios emitidos en las pasadas municipales de Logroño se quedaron sin representación en el Ayuntamiento. Vamos, que 15.000 votantes podrían haber arrojado su sobre a la taza del váter y tirar de la cadena con toda tranquilidad (democrática, eso sí…) Y eso solo en Logroño, pues a eso habría que sumar el voto ‘inservible’ por la también democrática ley electoral en el resto de municipios de La Rioja. ¿Que qué quieren decir esos datos? Pues que el movimiento aún tiene espacio para crecer, espacio de sobra más allá de PP y PSOE aunque me niego a creer que votantes de uno y otro partido no se hayan pasado o por la plaza del Mercado o por el recorrido de algunas de las ‘manifas’.
Termino con un párrafo de mi admirado Javier Pérez de Albéniz y su Descodificador: ¿Estuvo usted en alguna de las manifestaciones del sábado? ¿Cree que siempre son los mismos los que pagan los platos rotos? ¿Piensa que nuestros políticos son una lacra? ¿Le preocupan los recortes en los servicios públicos, como la enseñanza o la sanidad? ¿Está indignado? Pues sepa usted que según José María Aznar es de “extrema izquierda, marginal y antisistema”.