No había tenido la oportunidad de conocer Zaragoza hasta el pasado fin de semana. Y es que tras más de tres años afincado en Logroño, mi mujer y yo nos dijimos: de éste no pasa. Sí que había estado en la Expo 2008, ya saben, en la visita oficial al ¿pabellón? de La Rioja, pero no fueron más de un par de horas y sin posibilidad alguna de abandonar el recinto.
Un sábado y un domingo han bastado para desquitarme… desquitarnos en familia ya sin trabajo de por medio. Dos días en los que paseando por distinto puente de piedra pero por el mismo río no pude evitar que mi vista se detuviese allí. Y no, no les hablo de la silueta de la basílica del Pilar que se dibuja en una imagen de postal y que acapara todos los flashes desde la parte central de los arcos, sino del embarcadero que queda justo debajo.
Tan similar al de Logroño (salvando las distancias y no solo los 200 kilómetros que separan ambas ciudades) que uno no puede más que frotarse los ojos… “¿De qué te suena?”, pregunté a María. Y evidentemente ella supo a qué me refería. Las casualidades (o no) también quisieron que durante mi estancia un diario regional, en este caso El Periódico de Aragón, se hiciese eco del fin de la campaña de navegación de los barcos del Ebro, un empeño del Ayuntamiento de Zaragoza durante la pasada legislatura (igual que en el de Logroño) tampoco exento de cierta polémica.
‘Los barcos registran este año 8.225 usos’ podía leerse en el titular. ¿Muchos o pocos?, era la pregunta que mi mujer y yo nos hicimos a raíz de los comentarios que posteriormente pudimos visualizar en la edición digital criticando, sobre todo, el alto coste de un proyecto con baja aceptación ciudadana. ¿Muchos o pocos?, nos repetimos. “Más, en cualquier caso, que los usos registrados en el de Logroño”, fue la respuesta de ambos. Ni ella ni yo nos acordamos entonces del casi millón de euros que nos ha costado no ya para que se use poco sino para que ni tan siquiera se use. Ni sepamos si se va a usar.
P.D.
Hice fotos del embarcadero en cuestión pero aún no las he descargado… A la espera de hacerlo y poder ver el resultado tomo prestada una imagen de Joaquín Conde, autor de una página de viajes, paseos… personal pero muy recomendable por lo que he podido ver.