Aún recuerdo como cuando llegué a La Rioja y comencé a firmar en las páginas del diario del mismo nombre el paro en la región apenas sobrepasaba las 10.000 personas. Corría el 12 de mayo del 2008 cuando aterrizaba en la redacción previo paso por León donde, palabras textuales, me llegaron a decir que Logroño era una especie de tierra de Jauja en donde quien no trabajaba era porque no quería o, en el mejor de los casos, porque no lo necesitaba.
No es que no se empezase entonces a hablar de crisis, sino que ahí estaban los datos para contradecirla: 214 parados menos ese mismo mayo descendiendo la cifra a los 11.924 mientras que en España 15.058 más incrementaban el número total de quienes pasaban no solo los lunes al sol hasta los casi 2,4 millones.
Lejos quedaban los 4,5 millones de desempleados actuales en el conjunto del país y ni por asomo podía llegar a imaginarse (ni en La Rioja ni fuera de ella) que tres años y medio después los parados en la tierra con nombre de vino no solo superarían con creces los 10.000 sino que también se rompería la barrera de los 20.000 llegando al récord de los 24.560… y subiendo.
Casi cuatro años en los que a la ya famosa cantinela de que estamos mejor que el resto se le ha sumado el nuevo estribillo de rebajar el paro al 9% por parte del Gobierno regional… y uno, que a estas alturas de la partitura y con Lear desafinando ya está para pocos sones, se pregunta: ¿qué queda de la tierra de Jauja? En León no saben; en la calle Calvo Sotelo de Logroño, al menos en sus 210 metros intermedios, ni siquiera contestan.
P.D.
Imagen tomada de http://plazadelhumilladero.blogspot.com/2009/11/el-pais-de-jauja.html