Va de imágenes… de imágenes históricas. Algunas que ya lo son por derecho propio y otras que, con el paso del tiempo, también lo serán. Logroño estrena estación y como si de un parque temático se tratase la ciudad entera se ha echado a la calle para asistir en primera persona a la llegada y salida de trenes recuperando de la memoria colectiva estampas del pasado. Yo mismo lo he hecho, lo reconozco. Y allí me he encontrado con vecinos, conocidos y hasta compañeros de trabajo.
No se trataba ya tanto de ver un regional o un larga distancia como de curiosear hasta el color de las baldosas de lo que durante meses hemos ido viendo levantar… Los hay que incluso no han podido resistirse y han querido asegurarse de que en los aseos había papel higiénico. “¿Y la cafetería?”, me ha preguntado un conocido. “De momento no hay”, le he respondido mientras le señalaba al espacio reservado para satisfacer su demanda.
El edificio diseñado por de Iñaki Ábalos se ha convertido en un lugar de peregrinación… tanto que hoy mismo cualquiera hubiese pensado viendo sus alrededores que se trataba de una romería. La llegada del primer Alvia ha sido saludada con un sonoro aplauso, sabedores, quienes más, quienes menos, de que se trataba de un momento histórico. ¿Recuerdan la llegada del tren a la estación proyectada por los hermanos Lumière en 1895 y que suponía los inicios del cine? ¿O la inauguración de la antigua estación en 1958 de la que se hacía eco el NO-DO? ¿Paralelismos con lo vivido en el día de hoy?
Juzguen ustedes mismos: los dos primeros vídeos son de larioja.com y el tercero, abajo, de youtube.com: