Y lo hablado, a la hora de ponerlo sobre el papel, se tornó en acertijo… ¿Cómo meterías cuatro elefantes en un 600? Pues dos delante y dos detrás, lógicamente. ¿Y cómo hacer 42 habitaciones donde solo hay espacio para 21? Pues elevando las alturas de dos a cinco, también tirando de lógica, aunque haciendo trampas… con lo que la respuesta no sería la correcta. O no debería serlo. Vaya por delante que así lo entiende el propio Ayuntamiento de Logroño, quien no está por la labor de aceptar barco como animal acuático.
La propuesta de Félix Revuelta para hacerse con el edificio de Correos en San Agustín y convertirlo en un hotel de lujo, el primer ‘cinco estrellas’ de La Rioja, prevé duplicar la edificabilidad y la volumetría permitida, lo que choca con el Plan General Municipal (PGM) se miren los planos desde la perspectiva que se miren. Semejante ‘mole’, avanzada hoy mismo por Diario LA RIOJA, no solo no tiene encaje en un inmueble con protección especial sino que tampoco se ajusta a la céntrica e histórica plaza del Casco Antiguo, donde el Museo de La Rioja quedaría literalmente a la sombra de llevarse a cabo tan irrespetuoso plan.
Ello por no hablar de que de respetar las fachadas originales, poco o nada. Recreación en el mejor de los casos incluidas las dos torres que verían crecer su altura hasta competir con La Redonda. Las reacciones no se han hecho esperar (afortunadamente) pese a que Logroño lleva años acostumbrándose (a la fuerza o no) a la destructiva acción de la piqueta con el beneplácito de las autoridades. Así no, parece ser el mensaje en esta ocasión. O en dos palabras y al grano: no cabe. O yéndonos por las ramas: no se puede avanzar borrando tus propios pasos. Quién descuida su patrimonio, simple y llanamente, desprecia su historia. Lo dicho: así no.