Sucede cuando uno desciende a lo que otros consideran el chocolate del loro, ya saben, ese que sí que importa al menos para usted y para mí. El dicho popular encierra la paradójica historia de una señora muy señoreada que, al borde de la ruina por sus muchos dispendios, no se le ocurre otra cosa que privar al pobre animalito de su dulce ración diaria como si eso le fuese a librar de la bancarrota. El mismo que hoy se usa para hablar de un ahorro insignificante, tal vez, pero necesario… sobre todo si el dinero que se emplea no es de uno.
El asunto adquiere mayor trascendencia si cabe cuando el chocolate lo compra una administración pública con su dinero y el mío y encima el que se lo come es su loro y no el nuestro, el de todos para que nos entendamos y no demos pie a equívocos. Lamentablemente, solo con esa nueva conciencia (y no antes) se entiende que el PSOE respondiese al anuncio del PP de renunciar al centenar de entradas gratuitas para los toros durante las pasadas fiestas de San Mateo sacando a la luz un gasto de 6.631 euros (1.303 más que el publicitado ahorro) para la instalación de una mampara de vidrio en el gabinete de Prensa del Ayuntamiento de Logroño. Y digo lamentablemente, porque de no haber sido así no nos hubiésemos enterado. Quizás nunca.
¿Austeridad? Los populares contraatacaron a la que pudieron y, dejando de lado el juego que les iba dando todo lo relacionado con Logroño Turismo, salían a los medios con dos lámparas y un sistema de focos adquiridos por socialistas y regionalistas para alumbrar la Casa de la Inquisición por 14.000 euros. Hoy, apagado el iluminado episodio, el PSOE vuelve a la carga y lo hace con unas adjudicaciones enfocadas a la promoción de la ciudad, esa que tanto dio que hablar durante la pasada legislatura a la entonces oposición, ahora Gobierno.
La Capitalidad Española de la Gastronomía 2012 ha brindado esta oportunidad de venganza al PSOE. Una venganza que, en plena resaca de la Semana del Pincho, llega servida en plato frío. En platos fríos. El primero, la adquisición de 950 delantales mediante resolución de Alcaldía por 5.941,30 euros (a casi mil pesetas de las de antes la unidad); y el segundo, la contratación de la correspondiente campaña divulgativa de la citada actividad mediante la misma vía y por otros 5.925,96 euros… otro millón de los de antes destinado a la creación y producción de cartelería, a azafatas y, para rematar, a una oficina técnica encargada de contactar con los hosteleros, redactar una carta para dar a conocer la actividad, así como dinamizarlo todo a traves de las redes sociales…
¿Necesario? Tanto como las lámparas, pensarán algunos. Tal vez ni lo uno ni lo otro, diría yo y quizás ustedes…