Rock and roll, que diría Santos Trinidad si esto fuese ‘No habrá paz para los malvados’ y comenzase la acción. Y es que los plenos del Ayuntamiento de Logroño van camino de convertirse en una película: luces, cámara y… ¡apague esa cámara, por favor! Once días después de la expulsión de un miembro del 15M de la sesión ordinaria de marzo todavía sigo preguntándome que llevó al presidente del Pleno, el popular Rodolfo Rubio, a impedir que un joven grabase con su ‘smartphone’.
Sí se podía, como bien ha concluido el dictamen jurídico sobre las grabaciones en vídeo de los plenos elaborado por el secretario del mismo a petición del Grupo Municipal Socialista. Sí se podía, como ya sabíamos teniendo en cuenta que el reglamento no lo prohíbe expresamente. Sí se podía, conscientes como éramos de que ya se habían dado casos precedentes con jurisprudencia que lo avalaba salpicando las páginas de la prensa nacional aquí y allá en anteriores semanas. Sí se podía, conocedores de que el propio Ayuntamiento trabajaba en la retransmisión de las citadas sesiones a través de la web municipal. Sí se podía, en definitiva, pero solo el Señor Rubio parecía no estar al corriente… ni él ni el equipo de Gobierno ni la oposición, pues todos callaron cuando la Policía Local intervino.
¿Se podía pero no lo sabían? ¿O lo sabían pero no quisieron? Solo los concejales pueden responder… eso sí, ahí estaba el secretario para preguntarle justo en el momento en el que un ciudadano vino a enmendarles la plana a todos. Menos mal que al presidente no le dio por quitarse el cinturón como a otros (léase al de la Asociación de la Prensa de Granada)… Ya saben, los periodistas tampoco estamos libres de pecado. Rock and roll, que digo yo.