Ni esto es El Mundo ni yo soy Pedro J. ni voy a hablarles del 11M. Esto es Nanay de Logroño, un blog de la rioja.com, yo soy J., sí, pero Campos, y de lo que voy a hablarles es del caso de las ‘esculturas desaparecidas’, que llevo meses sin hacerlo y la verdad es que me lo pide el cuerpo.
Supongo que estarán al corriente de las últimas noticias en relación a tan extraña desaparición: la Fiscalía Superior de La Rioja ha abierto diligencias informativas penales, a raíz de la información remitida al Ministero Público por parte del anterior equipo de Gobierno de PSOE y PR en representación del Ayuntamiento de Logroño, y el Juzgado de Instrucción Número 2 de la capital ya está manos a la obra.
Su llegada a los tribunales por vía penal, después de que lo hiciese por vía civil (resultando condenada Nova Idea Imagen por el Juzgado de Instrucción Número 5 de Vitoria), ha vuelto a resucitar viejos fantasmas… o no tan viejos si tenemos en cuenta que el caso no puede darse por resuelto hasta que aparezcan las esculturas o sepamos a ciencia cierta qué sucedió en torno a las mismas.
Y cuando digo viejos fantasmas me refiero a la vieja teoría de la conspiración, aquella a la que hace más de un año recurrieron PSOE y PR en su afán por hacernos ver que detrás de la desaparición de las denominadas ‘estaciones de la vid’ había una ‘mano negra’ de nombre Partido y apellido Popular.
Nunca pudo ser demostrado, pese a los “indicios” aludidos tanto por socialistas como por regionalistas. Sin embargo, hoy, como si del mito del eterno retorno se tratase, la teoría ha vuelto: pero no por parte de Vicente Urquía o Rubén Gil Trincado, sino por parte de Javier Merino, quien dando una vuelta de tuerca a la misma y basándose en “sospechas fundadas” ha denunciado otro “acuerdo” PSOE-PR para “culpar” al PP de la desaparición de las esculturas.
De la “connivencia” entre PP y Nova Idea Imagen denunciada por PSOE y PR hemos pasado en cuestión de días al “pacto” entre socialistas y regionalistas para responsabilizar a los populares de un caso que lleva visos de no resolverse jamás (y léase por no resolverse jamás el no conocer el paradero del grupo escultórico). Ya saben, aquello del “alguien me dijo que otro alguien al que este alguien conoce y bla y bla y más bla”; eso sí, sin nada que lo demuestre. ¿Así que de teoría de la conspiración a teoría de la conspiración y tiro porque me toca? Eso, señores, no cuela… más de un año después y sin pruebas: NO. ¿Solo a mí me parece poco serio y más propio de patio de colegio que de corporación municipal?