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Javier Campos

NANAY DE LOGROÑO

Resumiendo parada a parada (y 3)

Resumo lo hasta ahora analizado respecto al servicio de transporte urbano de Logroño (Pasión y Pascua de los autobuses capitalinos), y lo hago tirando en una primera parte con el artículo correspondiente al ‘Diario de un Hombre Loco’ que publico quincenalmente en las páginas de Diario LA RIOJA y añadiendo una segunda tras el anuncio de las subidas tarifarias que entonces no era más que un rumor aún por confirmar:

Barato, social, cómodo, seguro, accesible, moderno y de calidad… Muchos son los adjetivos con los que se viene definiendo al transporte urbano de Logroño, un servicio de autobuses que vertebra los distintos barrios de la capital de La Rioja y que facilita la movilidad a los más de 10 millones de viajeros que lo utilizan cada año y que lo valoran (no solo ellos, sino quienes nos visitan) como uno de los mejores de España. ¿Qué logroñés no ha sacado pecho por que su billete sea de los más baratos del país?

Pues bien, durante la Semana de Pasión, a ese servicio motivo de orgullo de todo logroñés de bien y ‘santo y seña’ de la ciudad en su conjunto se le sumaba a tan larga lista de adjetivos el de «inasumible». Los cálculos eran los siguientes: teniendo en cuenta que el desajuste entre gastos e ingresos acumulado desde el 2009 es de 1,4 millones de euros y lo presupuestado se queda en solo 2,1 para 2012, saldada la deuda restarían 700.000 euros de subvención para cubrir un desequilibrio que en el 2011 ya ascendió a los 2,7 millones y que con el combustible por las nubes podría incrementarse incluso más, algo que da por hecho el Ayuntamiento.

 

Supongo que serían esos más de dos millones de euros los que llevaron al equipo de Gobierno del PP a pronunciar la palabra «inasumible» disparando de paso todo tipo de rumores que se cerraban en dos: descenso de autobuses y frecuencias y subida de precios. ¿Inasumible?, me preguntaba. «Inasumible», me respondáin quienes como yo no paraban de frotarse los ojos al comprobar que, con un aeropuerto sin aviones, una ‘megaestación’ sin trenes y un metropolitano con autobuses pero sin pasajeros, el único transporte público que funciona pudiese  llegar a sufrir recortes… eso sí que, por muchas vueltas que se le quiera dar, sería in-a-su-mi-ble.

Sucede que tras la Resurrección y llegada la Semana de Pascua ese “inasumible” vino a transformarse en “sostenible”, eso sí, después de que el concejal de Movilidad, Ángel Sáinz Yangüela, confirmase la subida de tarifas  (16,67% el billete sencillo y 14,82% el bonobus), la asunción del servicio a La Portalada, La Grajera y Alberite por parte del Metropolitano y la disminución de frecuencias los domingos y festivos (pasando de 30 minutos a una hora salvo la línea del Hospital San Pedro), lo que supondrá un ‘ajuste’ de 900.000 euros.

¿Así que finalmente solo eran 900.000 euros los que hacían inasumible el servicio? Sinceramente creo que no… y es que ni antes era inasumible ni ahora, tras las “medidas correctoras urgentes” según unos, asumible; ni antes era insostenible ni ahora, tras el “billetazo” o “tarifazo” según otros, sostenible. Y es que más allá de las cifras el problema es de filosofía o, en otras palabras, más allá de gastos e ingresos la clave está en el tipo de servicio que se quiera dar.

 

 

El transporte urbano es un servicio básico, e igual que las Administraciones central y regional deben garantizar la educación, la sanidad y los servicios sociales; las locales deben hacer lo propio con la limpieza viaria y recogida de basuras, mantenimiento urbano y… transporte público. No es cuestión de números, pues, sino de prioridades.

Siempre habrá algo de lo que se pueda recortar (repito, siempre) cuando de lo que se trata es de no tocar lo realmente importante. El Ayuntamiento de Logroño decidió un buen día apostar por un autobús urbano de calidad “y barato” asumiendo desde ese mismo momento el compromiso de que, por encima de partidos y de siglas, las arcas municipales deberían soportarlo relegando ‘otros’ asuntos pues estaba claro que costes e ingresos desde entonces no volverían a evolucionar parejos.

¿Acaso es precisamente ese compromiso adquirido desde los primeros planes directores el que está siendo ahora puesto en cuestión? Si es así, exijo que se nos diga claramente, ahora bien, si no lo es… ¿no hubiese sido más razonable haber ido incrementando las tarifas iniciales progresivamente y limitándolas al IPC anual en vez de hacerlo de golpe y porrazo tras la amenaza de estar todo a punto de saltar por los aires? Si como yo creen que sí, sepan que este año el billete únicamente debería haber subido 1,44 céntimos y no 10…

Cocinero antes que fraile, Javier Campos (L'Hospitalet de Llobregat, 1978) dio rienda suelta a la creación de sopas de letras en Andalucía, Castilla-La Mancha y Castilla y León antes de llegar a Diario LA RIOJA. Casado con una asturiana, este catalán de nacimiento aunque extremeño de adopción continúa imaginando pasatiempos para los logroñeses y logroñesas mientras, recién estrenada su paternidad, empuja un cochecito de bebé por las calles de la capital riojana.

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