La de ahora se llama ‘Petra’, pero la de aquel enero del 2009 no logro recordar… Lo que no se me olvida son sus efectos. Ni a ningún logroñés con algo de memoria. Es más, han pasado uno, dos y hasta tres años, y por uno u otro motivo aún colean. Hoy, al escuchar que la ciclogénesis explosiva ya esta aquí, no he podido evitar acordarme de su última visita, la misma que hizo saltar por las aires los cristales de la pasarela peatonal de La Cava y las cubiertas de los campos de fútbol de Pradoviejo. El caso es que si en el primero de los casos el Ayuntamiento, cambio de Gobierno incluido, tardó más de dos años en ser capaz de reponer las 63 piezas; en el segundo, el mismo se encuentra inmerso en un proceso judicial con la empresa encargada de su instalación a cuenta de quién debe sufragar los 600.000 euros que supuso la reparación. Como para no acordarse, vamos…