Comenzamos con la prometida serie sobre las inversiones en equipamientos culturales sin uso en la ciudad de Logroño, y lo hacemos con uno de esos “enormes contenedores culturales sin contenido” a los que hacíamos referencia el otro día extrapolando el repaso nacional de Jordi Evolé realizado hace ya algunas semanas en el programa ‘Salvados’ de La Sexta.
El hoy Centro de la Cultura del Rioja es un proyecto que ha trascendido legislaturas y, por tanto, gobiernos… Tirando de hemeroteca ya en el 2002 hay constancia de un proyecto que comenzó llamándose Centro Temático del Vino, llegó a ser presentado oficialmente como Centro del Saber del Rioja y, tras más de 10 años dándole vueltas, será abierto al público como Centro de la Cultura del Rioja o CCR. Y digo abierto al público porque la pasada semana, tras anunciar ya la anterior que el ‘megaedificio’ acogerá actividades puntuales “hasta que pueda ser acondicionado como museo del vino”, pudimos saber que será inaugurado el próximo 1 de junio, lo que no quiere decir que abra sus puertas al público en general ni a turistas en particular ni mucho menos.
Concretando diremos que tras años de idas y venidas, de ubicaciones y reubicaciones y de concursos de ideas (buenas y malas), el Ayuntamiento de Logroño, con Julio Revuelta como alcalde, presentaba en el 2006 un faraónico proyecto para levantar en La Grajera que, diseñado por la empresa Nieto Sobejano Arquitectos, contaba hasta con fecha de inauguración prevista: 2010. No detallaré más el mismo, pues finalmente se quedó sobre la mesa y para eso están las citadas hemerotecas; pero para hacernos una idea recordar que se proyectó incluso un hotel con spa-vinoterapia. ¿Que cómo se llamaba todo aquello se preguntarán ustedes pasado tanto tiempo? Pues 27 millones de euros, según el PP, que se elevaban hasta los 35, según el PSOE, cuando la actual crisis todavía no había dicho esta boca es mía.
Sea como fuera, los socialistas se opusieron al mismo por “inapropiado en proyecto, coste y ubicación” asegurando que con semejante ‘macroedificio’ lo único que perseguía el propio Revuelta era pasar a la posteridad. Llegaron las elecciones y, mira tú por donde, el popular no consiguió revalidar la mayoría absoluta y socialistas y regionalistas decidieron que hasta aquí habíamos llegado negándole, ya puestos, la ‘perseguida’ gloria. El caso es que si el Centro del Saber del Rioja hubiese pasado a ser el Centro de la Cultura del Rioja sin más, es decir, con una modificación de nombre y ubicación tras el cambio de primer edil, no habría nada que objetar al menos en lo que respecta a las arcas públicas que, no lo olvidemos, se llenan y vacían con el dinero de todos. El problema es que tales cambios, con el proyecto estando redactado como estaba, supuso el desembolso de más de un millón de euros a los redactores del mismo aun sabiendo que no se iba a ejecutar.
La decisión del ‘traslado’ de La Grajera al Casco Antiguo no salió gratis y es que a ese millón se le sumaba otro medio destinado a un proyecto museográfico que en principio y supuestamente se iba a readaptar, pero del que nunca más se supo… Sin embargo, tales números debieron ser asumibles a ojos del ‘bipartito’ con tal de enmendar el, a su juicio, error de los populares… pues el coco aún no había venido (aunque también hay que decir para colmo de visionarios que no tardaría). Sabida la nueva ubicación, en el PERI de la Casa de la Virgen, PSOE y PR se decantaron por un nuevo proyecto, tanto arquitectónico como museográfico con todo lo que ello conllevaba, dando comienzo las obras en el 2009 y realizando innumerables visitas mediáticas tanto Tomás Santos como Ángel Varea desde entonces. Era proyecto para presumir y así lo hicieron durante la pasada legislatura, pues con la crisis ya encima no quedaba otra que terminar lo empezado y rezar porque se convirtiese en el motor económico prometido.
Otra vez unas elecciones quisieron que el bastón de mando cambiase de manos y fuese al PP al que correspondiese culminar lo proyectado por PSOE y PR (sin que afortunadamente nadie llegase a proponer otro cambio de ubicación). Una obra de ciudad según todos que fue recepcionada por el Ayuntamiento de Logroño hace poco más de un mes con un coste total de 12 millones de euros. El caso es que, como casi en todo, había sido adjudicado por 9,9 millones de euros pero la ejecución de dos modificaciones no solo han retrasado el proyecto sino que además lo han encarecieron… y mucho. Y lo que queda, pues ahora hay que cuantificar su acondicionamiento y programa museográfico y su mantenimiento posterior, lo que no es moco de pavo precisamente.
Y es que la apertura del mismo no va a ser fácil o, mejor dicho, llenar semejante espacio de contenido va a resultar muy difícil. De momento, el anterior equipo de Gobierno de PSOE y PR ya tenía contratado el citado proyecto museográfico que, aunque será tenido en cuenta, exigirá una readaptación a la nueva coyuntura económica. Con un coste inicial de 1,8 millones de euros, se está revisando para, ya de entrada, licitarlo en varias fases. Además, y también se ha dicho claramente, abaratándolo. No están las cosas para grandes dispendios (hemos tardado, pero parece que ya nos hemos querido dar cuenta) y el nuevo equipo de Gobierno del PP se conforma de momento con que durante junio lo visiten periódicamente algunos logroñeses y acoja algunas actividades de la capitalidad gastronómica durante lo que queda de año…
¿Y luego qué?, sería la pregunta. ¿Se acuerdan del aeropuerto sin aviones de Castellón? (P. D. Quizás no tengamos que irnos tan lejos teniendo uno aquí a apenas 15 kilómetros) ¿Pues igual aquí nos hemos inventado un Centro de la Cultura del Rioja sin vino? O igual vino ha sido lo que ha sobrado en la gestación de un proyecto que, por mucho que nos vendan que estará a pleno rendimiento a finales de la presente legislatura, basta con visitar el edificio (y durante el próximo mes podrán) para darse cuenta de que no será sencillo ni barato llenar de “contenido” nuestro, de momento, “enorme contenedor cultural”.